domingo, 18 de febrero de 2018

Restauración en su 75 aniversario



                                          

Con este título hago referencia a la adquisición y restauración de la campana “Antonia Hermenegilda” que ha tenido lugar el pasado año 2017, siendo exactamente el 75 aniversario de su fundición, pues está datada del año 1942. 


 


La campana en cuestión tiene una inscripción en la parte superior que dice: “ANTONIA HERMENEGILDA”, en la parte central exterior una cruz simple y parte interior “A EXPENSAS DE D. FRANCISCO TORRÓ AMORÓS PRESBÍTERO”, a un lateral un corazón coronado con una cruz y al otro la marca de fundición: “FUNDICIÓN DE MANUEL ROSES VIDAL - HIJO DE ROSES SANTOS - VALENCIA” y en el pie “TIBI 1942”. Tiene un peso el bronce de 35kg, el yugo con madera y herrajes de 25kg   lo que hace una suma total de 60kg. Sus medidas son 38cm de boca por 34cm de altura más 11cm de asa, siendo sus medidas totales 75cm de ancho por 90 de altura.









Esta campana fue fundida a expensas del mencionado sacerdote de Castalla “capellà Torró” y colocada sobre una capilla en una finca denominada “el Pla de la Magdalena” situada en el término municipal de Tibi, y todo indica que el nombre de “Antonia Hermenegilda” fue elegido por el sacerdote para dedicarla a sus abuelas.


 



 


Pasados los años y ante el abandono de la finca por haberse secado el nacimiento del agua, decidieron los propietarios de la misma (hijos e hijas de una sobrina del sacerdote) con muy buen criterio, el desmonte de la campana y traslado a su casa de Castalla, para evitar fuera  objeto de robo por los amigos del patrimonio ajeno.





 

Ciertamente no sabía yo de la existencia de esta campana hasta que en el mes de mayo del pasado 2017 me la encontré expuesta en la feria de San Isidro que se realiza en el mes de mayo aquí en Castalla. La campana la expuso el amigo y empresario David “Carancha” de Lacados Galvañ entre otros muchos objetos antiguos, especialmente mobiliario, como muestra de las restauraciones que realiza.




 


Fue el propio David quien nos puso en contacto a Álvaro Bernabéu Torró y a mí para gestionar la adquisición de la campana, pues afirmaba éste que tenía claro que en cuando yo la viese tendría especial interés por adquirirla. En un principio no llegamos a ningún  punto de encuentro por discrepar por el precio de la campana, siendo ya el 16 de agosto, día de San Roque, patrón de Castalla,   ya en este segundo encuentro cuando llegamos a un acuerdo.





 




El siguiente día 17 de agosto formalizamos el contrato de compraventa de la campana, por una parte Álvaro Bernabéu Torró en nombre propio y en representación de su hermano Augusto y hermanas Silvia y Almudena, todos ellos propietarios de la campana y por otra yo, Juan Carlos Candela Leal, como parte compradora. Seguidamente y con la ayuda de mi amigo y campanero  Francisco José Rico “Pallisa” nos la llevamos a mi casa de campo para proceder a una restauración mucho más minuciosa y exhaustiva que la que ya había comenzado David “Carancha” en su empresa.







 





El 26 de agosto, día en el que realizamos el mantenimiento de las campanas de la parroquia y tras concluir éste, realicé lo que se podría denominar su presentación en sociedad, pues la mostré a los campaneros, campaneras y al párroco D. Salvador Valls, indicando todos que había caído en las mejores manos para garantizarle un buen futuro para la campana.

 



En el mes de septiembre comencé las tareas de restauración en mis ratos libres, teniendo claro que debería tenerlo concluido antes de Navidades, para así poder afirmar que la restauración había tenido lugar en el 75 aniversario de su fundición y montaje. 



 





La restauración ha constado de las siguientes fases:

1º Desmonte del yugo de madera y herrajes para comprobar por separado el estado de cada pieza.
2º Arenado para quitar barnices y pinturas del bronce y posterior pulido.
3º Masillado de las grietas en el yugo y posterior barnizado con barniz al tinte.
4º Sustitución de todos los tornillos deteriorados por nuevos.
5º Rebaje de los ejes para poder acoplar cojinetes con rodamientos.
6º Realización de un nuevo badajo, pues el existente no tenía punto de amarre, sino que finalizaba con argolla, por lo que iba loco dentro de la campana golpeando en cualquier lugar de la misma.
7º Montaje y equilibrado de la campana respecto al yugo.
8º Fabricación de una espadaña portátil para poder ser usada en cualquier lugar.

 

 

La verdadera intención que llevo con esta campana es regalarla a la parroquia y que sea colocada en el campanario de la misma, pero hasta que pueda acondicionarle su lugar definitivo estará situada junto a mi colección particular.

 



Para concluir este artículo quiero dar las gracias a Álvaro Bernabéu Torró por el afectuoso y cordial trato recibido durante los trámites para la compraventa de la campana.





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