viernes, 11 de julio de 2025

Los Campaneros


 

        Al igual que en el resto del orbe, en lo alto de los campanarios de Castalla, donde el viento acaricia la montaña y el sonido del bronce se convierte en oración, vive una vocación discreta pero poderosa: la de los campaneros. Hombres y mujeres que, desde lo alto de nuestro templo parroquial, del convento y de la ermita, habitan un espacio sagrado entre el cielo y la tierra. No siempre los vemos, pero siempre los oímos. Su presencia no se manifiesta con palabras, sino con sonidos que atraviesan los siglos y tocan el alma castallense.

 

 



 

         Su arte no se aprende solo con las manos, sino con el alma. No se mide únicamente en partituras, sino en momentos llenos de significado. Porque tocar las campanas de Castalla no es solo hacerlas sonar: es hacer hablar al cielo sobre la Foia, es convertir el bronce en oración, en memoria viva, en esperanza que se alza con cada toque, volteo o repique. Es una liturgia del tiempo que marca el pulso del pueblo, que despierta la memoria antigua de una comunidad que ama, cree y espera.

 

 

 

 


         Con su entrega altruista, los campaneros y campaneras son mucho más que servidores de la iglesia y del pueblo: son mensajeros de lo sagrado, guardianes de la tradición, centinelas del alma del pueblo. Con cada volteo y cada toque anuncian vida y muerte, fiesta y duelo, alegría y oración. Con cada campanada convocan a Castalla a mirar hacia arriba, a escuchar la llamada interior que resuena entre las piedras del campanario, las del castillo y los valles que nos rodean en toda la Foia.

 

 

 


 

         Pero su labor va más allá de lo religioso. Los campaneros también mantienen viva una función civil, heredada de un tiempo en que la campana era también voz de alerta colectiva. Avisan de incendios, de tormentas, de peligros inminentes, de catástrofes. Hacen sonar el bronce como grito de unión, como señal de comunidad viva en peligro, como chispa de esperanza cuando todo tambalea. Con la misma entrega con que llaman a actos religiosos, alertan también en nombre del bien común, manteniendo viva una tradición arraigada en el servicio, en la fidelidad al pueblo, a la tierra y a la gente de Castalla.

 

 

 



        No todo el mundo puede ocupar su lugar. Hace falta entrega, humildad, paciencia y, sobre todo, una fe sencilla pero profunda, como la que habita en nuestras casas y calles de Castalla. Porque quien toca las campanas desde la fe no busca protagonismo, sino comunión y servicio. Sabe que en el sonido antiguo y firme del bronce se filtran las oraciones del pueblo: oraciones que no siempre se dicen con palabras, pero que brotan de los corazones que viven, que ríen, que lloran, que esperan, que aman, que celebran.

 

 

 

         El campanero es al mismo tiempo poeta y obrero de lo sagrado, músico y pastor de silencios y sonidos. Domina el arte de interpretar el tiempo y transformarlo en señal. Conoce los toques, los ritmos, los mensajes que no necesitan voz y que hablan directamente al alma. Es fiel al ritual, pero vive con libertad; está solo en el campanario, pero resuena en todos nosotros.

 

 

 

        Y así, desde lo más alto de nuestros campanarios, suena una música que es y no es de este mundo. Una música que atraviesa las nubes y desciende hasta los rincones más escondidos del pueblo, desde las montañas hasta los llanos, desde la plaza Mayor hasta el castillo. Una música que no busca escenarios, sino corazones. Los campaneros y campaneras se convierten en poetas del tiempo de Dios, humildes artesanos de un lenguaje antiguo, que como desde hace muchos siglos, aún hoy nos congrega, nos emociona, nos recuerda quiénes somos y hacia dónde caminamos.

 

 

 

 

 

 


 

 

-– Que nunca falten las campanas que nos llamen y nos reúnan como pueblo, aquí, en Castalla.

 

-– Que nunca falten los corazones que, como los de nuestros campaneros y campaneras, toquen con fe para hacer hablar al cielo y unirse a la tierra de toda la Foia.

 

 

-– Que nunca nos falten quienes, más allá de divisiones, rencores y diferencias, con mirada limpia y manos abiertas, trabajen por el reencuentro sincero del pueblo. Hombres y mujeres que, sin buscar protagonismo ni reconocimientos, cultiven la paz, el diálogo y la esperanza. Que abracen la diversidad como una riqueza y no como una barrera.

 

 

-– Que nunca nos falten los que sueñan una Castalla unida, donde cada paso sea un gesto de cariño, donde cada voz encuentre espacio para ser escuchada, y donde las diferencias hallen en la fraternidad un camino para convivir.

 

 

--- Que nunca nos falten nuevas generaciones, que con ilusión y entusiasmo, mantengan y trasladen a sus sucesores el maravilloso legado recibido de generaciones y generaciones de antepasados nuestros: en la ermita (antigua parroquia) desde el siglo XIII, en el temlpo parroquial y convento viejo desde el XVI y en el convento nuevo desde el XVIII

 

---Porque así como los campaneros hacen hablar al cielo desde el corazón del bronce, que también haya quienes hagan hablar a la tierra desde el corazón del pueblo de castallense.

 

 

-– Que cada repique, cada volteo, cada toque sirva para que Castalla, en comunión y en paz, como vecinos y hermanos, nunca deje de caminar unida hacia Dios, Padre de todos, que nos espera con los brazos abiertos; al igual que en el resto del orbe.

 

 

  

 

 

 

 


 

  

 

 

 

 

 

 

 

domingo, 15 de junio de 2025

Festividad del Corpus Christi en Castalla

 

La festividad del Corpus Christi y toques de campanas en Castalla

       Un año más, nos disponemos a celebrar la solemnidad del Corpus Christi, que este año tendrá lugar el próximo domingo 22 de junio. Como es tradición, la misa de las 12 del mediodía se traslada a las 19:00 horas, y a continuación tendrá lugar la procesión solemne con el Santísimo Sacramento por las calles de nuestra localidad.

        Como es habitual en este post, ofrecemos algunas referencias históricas sobre la festividad del Corpus Christi, así como los toques tradicionales de las campanas de Castalla, que nos acompañan como testimonio sonoro de la fe y devoción de nuestro pueblo.


 

 

Significado de la Eucaristía

        La Eucaristía es el sacramento central de la fe cristiana. Bajo las especies de pan y vino, Jesucristo está realmente, verdaderamente y sustancialmente presente: con su Cuerpo, su Sangre, su Alma y su Divinidad. Se le conoce como el sacramento por excelencia, ya que en él se encuentra la fuente de todas las gracias, y todos los demás sacramentos conducen a él o se celebran en su contexto.

        La palabra “Eucaristía” proviene del griego y significa “acción de gracias”. Es una expresión de gratitud a Dios Padre, por medio de su Hijo Jesucristo, en el Espíritu Santo, por sus obras de creación, redención y santificación (cf. Lc 22, 19).


 

 

 

 

Orígenes e historia del Corpus Christi

         La festividad del Corpus Christi conmemora la institución de la Eucaristía durante el Jueves Santo. Antiguamente se celebraba en jueves (de ahí el dicho popular: "Tres jueves hay en el año que brillan más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión"), pero hoy en día, al eliminarla del calendario laboral y para facilitar la participación de los fieles, se traslada al domingo siguiente a la Santísima Trinidad. (En numerosos lugares continúa celebrándose en jueves)

        Su institución se debe a Juliana de Mont Cornillón, priora de una abadía en Bélgica, que en el siglo XIII promovió un movimiento eucarístico que culminó con esta fiesta. El papa Urbano IV, mediante la bula Transiturus (1264), estableció esta solemnidad como festividad litúrgica universal. Santo Tomás de Aquino, a petición del Papa, redactó el oficio litúrgico correspondiente, considerado una joya de la liturgia y admirado incluso por pensadores protestantes.

         Aunque la muerte del papa Urbano IV frenó la difusión inicial de la fiesta, esta fue consolidada por el papa Clemente V en el Concilio de Vienne (1311) y confirmada por su sucesor, Juan XXII. Cabe destacar que ninguno de los documentos fundacionales menciona la procesión como parte de la celebración, aunque con el tiempo se convirtió en un elemento esencial y característico.


 

 

 

El Corpus en tierras valencianas

        La celebración del Corpus Christi fue asumida muy pronto por las tierras valencianas. Las primeras referencias en Valencia datan del año 1326 según el Manual de Consells. No fue hasta 1355, con el obispo Huc de Fenollet, que la procesión adquirió carácter general. A partir de 1372 se instituyó como celebración oficial y consolidada.

       Hasta el año 1505, la procesión se celebraba por la mañana, pero a partir de 1506 pasó a realizarse por la tarde, como se mantiene hoy en día. El Corpus valenciano destaca por su riqueza cultural: procesiones con altares, alfombras florales, alegorías religiosas, danzas tradicionales y una fuerte presencia del sonido de las campanas, como elemento central de la solemnidad.


 

 

 

El Corpus en Castalla

        Castalla también ha tenido un papel destacado en la celebración del Corpus. Antiguamente, todas las imágenes, tanto las de culto público como las que se encontraban en casas particulares, eran sacadas en andas para acompañar al Santísimo Sacramento durante la procesión. Esta práctica movilizaba a numerosos vecinos, que se encargaban de preparar las calles con alfombras de hojas y pétalos de flores, formando lo que popularmente se conoce como “la enramada del Corpus”.

        Con el tiempo, y para devolver el protagonismo al Santísimo Sacramento, se decidió que ninguna imagen saliera en procesión. En la década de los ochenta, también se fue reduciendo progresivamente la decoración floral hasta su práctica desaparición. Sin embargo, los toques de campanas se han mantenido inalterables a lo largo de los años, como signo vivo y sonoro de la solemnidad.


 

 

 

Los toques de campanas y la preparación

        Como es lógico, una celebración tan significativa requiere una preparación minuciosa. Entre las funciones del campanero está la responsabilidad de revisar y mantener en buen estado todas las campanas y sus mecanismos: 11 campanas en uso, motores, cadenas, electromazos, ordenadores de toque, etc.

A continuación, detallamos el programa de toques para los días 21 y 22 de junio:


 

 

 

21 de junio – Víspera del Corpus Christi

  • 08:01 h Toque del Alba – Parroquia, convento y ermita

     

  • 13:01 h Ángelus – Parroquia, convento y ermita

  • 13:02 h Volteo general – Parroquia y convento

     

  • 19:31 h Primer toque a misa – Convento

  • 19:45 h Segundo toque a misa – Convento

  • 19:46 h Volteo general – Convento

  • 20:01 h Tercer toque a misa – Convento

     

  • 21:01 h Toque del Ave María – Parroquia, convento y ermita

  • 21:02 h Volteo general – Parroquia y convento


 


 

 

22 de junio – Solemnidad del Corpus Christi

  • 07:31 h Toque del Alba – Parroquia

     

  • 07:32 h Primer toque a misa – Parroquia

  • 07:45 h Segundo toque a misa – Parroquia

  • 07:59 h Tercer toque a misa – Parroquia

     

  • 08:00 h Volteo corto general – Parroquia

  • 08:01 h Ángelus – Convento y ermita

  • 08:02 h Volteo – Ermita

     

  • 10:01 h Primer toque a misa – Parroquia

  • 10:15 h Segundo toque a misa – Parroquia

  • 10:16 h Volteo medio y segundo – Parroquia

  • 10:31 h Tercer toque a misa – Parroquia

     


  • 13:01 h Ángelus – Parroquia, convento y ermita

  • 13:02 h Volteo solemne general – Parroquia, convento y ermita

     

  • 18:30 h Primer toque a misa – Parroquia

  • 18:45 h Segundo toque a misa – Parroquia

  • 18:46 h Volteo menor

  • 19:00 h Tercer toque a misa – Parroquia

     

Al finalizar la misa, dará comienzo la procesión solemne. A la salida y entrada del Santísimo habrá volteo general, y durante el recorrido, volteos procesionales.


 

 

 

 

Los campaneros y campaneras invitamos a todo el pueblo a vivir esta festividad con fe, respeto y participación activa, recordando que el Corpus Christi es una expresión viva de la presencia de Cristo entre nosotros.