Comenzamos un nuevo año, el 2021,
un año cargado de incertidumbres, de problemas y sufrimientos causados por la
pandemia que estamos padeciendo, pero a pesar de todo la vida continua y hay acontecimientos
dignos de resaltar y de celebrar (dentro del escaso margen que la pandemia
permite) como por ejemplo el que hago referencia en el titulo de este post, que
es la celebración del 450 aniversario de nuestro templo parroquial.

Por el año 1536 el justicia y
jurados de aquella época viendo que la iglesia parroquial, hoy ermita de la Preciosísima
Sangre, carecía de la capacidad necesaria para el crecido número de feligreses
(sobre unos 800) con el acuerdo del concejo, determinaron levantar un nuevo
templo (recordar que en esta fecha este templo aun era parroquia de cuatro
poblaciones Ibi, Tibi, Castalla y Onil)

El primer lugar que se eligió
para la edificación de esta nueva iglesia es el que hoy ocupa el actual
ayuntamiento, pero al comenzar a abrir los cimientos se observó que el suelo tenía
poca firmeza y además brotaba agua, por lo que no ofrecía solidez para un
edificio de esa envergadura, por ello desistieron de su propósito procediendo a
buscar otro lugar donde poderla edificar. Después de varios tanteos (no he
encontrado constancia de los lugares que se barajaron) al final decidieron su
emplazamiento en la llamada plaza nueva (que es el mismo punto que la vemos hoy
edificada) para ello hubo la necesidad de comprar seis casas que inmediatamente
fueron derribadas para solar.

Pasaron varios años sin que se
llevase a cabo el comienzo de la edificación de la nueva iglesia, hasta que en
el 11 de abril del 1562 después de una solemne procesión se colocó la primera
piedra, debajo de la cual se puso un pedacito del hábito de San Vicente Ferrer
y otro pedacito de la piedra bajo la cual estuvo guardado el Santísimo
Sacramento en el sitio de Daroca (milagro eucarístico)


El 3 de agosto de 1570, el obispo
auxiliar de San Juan de Ribera, D. Francisco de Cordero consagró el primer altar
mayor, dedicándolo tanto a él como a la nueva iglesia a la Asunción de Nuestra
Señora en cuerpo y alma a los cielos, estando cubierta aún solamente la parte del presbiterio. Y el siguiente año
1571 estando ya más avanzadas las obras de las bóvedas, el 2 de septiembre a
las cuatro de la tarde procedió el párroco D. Sebastián Lajara (natural de
Ayora y enterrado delante del presbiterio en una lápida que aún hoy podemos ver
protegida por un cristal) a bendecir la nueva iglesia. Y el 8 de septiembre de
este mismo 1571 a las ocho de la mañana se procedió al traslado del Santísimo
Sacramento de la antigua iglesia, hoy ermita, a la nueva.

Esta procesión fue realizada con
gran solemnidad, dando comienzo como he mencionado a las ocho de la mañana,
siendo llevado el Santísimo por el párroco anteriormente mencionado y siendo
acompañado por todos los sacerdotes de esta población y alguno de fuera,
autoridades y la mayoría de los vecinos de Castalla, acudiendo también muchos
de otras poblaciones limítrofes.
La conclusión de las obras de la bóveda
tuvo lugar el 13 de agosto de 1573, quedando probablemente también concluido el
campanario hasta la altura de los ejes de las campanas, para poder ya
colocarlas. El piso de piedra se colocó en el año 1581; a finales del siglo
XVIII y a expesas del párroco Dr. D. Luís Jerónimo Jover, natural de Ibi, se
concluyen los tejados. No he encontrado datos de la conclusión del campanario. La única campana de la que tenemos constancia de que a esta fecha existiera es la expuesta en el museo parroquial y declarada recientemente bien de interés cultural, siendo fundida durante estos mismos años.

Aunque ciertamente es un
aniversario digno de conmemorar y de celebrar, a esta fecha y motivado por la
complejidad de la situación que estamos viviendo no sabemos si podremos
realizar algo o no, de todas formas, si puedo, cuando se acerquen las fechas
intentaré hacer algunos post desglosando más extendidamente los acontecimientos
anteriormente narrados.