La
fiesta de la “Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo” se
celebraba litúrgicamente el 1 de julio, probablemente por cuestiones
laborales, aquí en Castalla, se decidió su traslado al primer sábado de
julio, no hay documentación que acredite cuando comienza a celebrarse
aquí, pero lo más probable es que sea desde 1577, fecha en que el
arzobispo de Valencia, San Juan de Ribera, tras comenzar al culto la
nueva parroquia, fundó la cofradía con este nombre y le cambió la
dedicación a esta primitiva iglesia, hasta este momento dedicada a la
Natividad de Nuestra Señora, denominándose desde ese año 1577 y hasta nuestros días, de la
Purísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.
Los
fines de esta nueva cofradía eran, además de recaudar fondos para el
mantenimiento de la antigua Iglesia y hoy ermita, el culto a la pasión y
las procesiones penitenciales, pedir sufragios en épocas de calamidades
públicas, servidumbre caritativa a enfermos y moribundos, acompañar a
los entierros de los cofrades y de los pobres de solemnidad y otras
obras de misericordia. En las actas de la cofradía se establecía la
obligación de hacer las procesiones de Semana Santa, el orden en que
tenía que salir las imágenes y los gremios etc.
El
nombre de “bouet de la sang” todo parece indicar que proviene porque
antiguamente en la plazoleta de la ermita, en este día, se soltaba
alguna vaquilla o algún torito “bouet” en valenciano, reconociéndose desde entonces
esta fiesta con este nombre.
La
forma concreta con la que se celebra esta fiesta tampoco hay
documentación, o al menos yo nunca la he conseguido localizar, del porqué o
desde cuando se hace así, ya que en cierta manera puede considerarse
que es un poco desconcertante, pues este día a las nueve de la mañana
acuden los mayordomos (portadores de la Imagen de la Patrona) a una casa
particular (familia Soler) donde se recoge una imagen del Niño Jesús que es llevada
en andas desde esta casa hasta la parroquia, lugar en el que se agrega
el sacerdote a esta digamos “procesión” y a continuación se sube a la
ermita donde se celebra la Misa. Al finalizar la misma se leen los
nombres de los mayordomos y consellers del siguiente año, que no son
otros que los que llevaran a la Patrona y el Sepulcro con la Imagen del
Cristo yacente en el siguiente año en las procesiones de Semana Santa,
respectivamente. Tras finalizar la Misa se baja por la calle la amargura
y punta la peña hasta la parroquia, lugar en el que ya se queda el
sacerdote, siguiendo a continuación hasta la casa de Solita Soler donde
se guarda el Niño Jesús.
A continuación todos los mayordomos con su presidente D. Idelfonso Verdú, la directiva y presidentes de las diferentes cuadrillas junto a las autoridades civiles y religiosas se acude al tradicional “almuerzo”.
Durante el día se hacen diferentes pasacalles acompañados por dulzaina y tamboril por toda la población, hasta las seis de la tarde en que se celebra una fiesta para niños con las tradicionales carreras con premios y regalos.
Antiguamente la forma en la que se constituia la lista de los mayordomos era diferente a como se hace en la actualidad, en las que son unas once o doce listas de amigos de entre 20 ó 30 personas cada una, que van rodando sucesivamente y sacando las distintas imágenes en las procesiones. Cuando el ermitaño, el día de la festividad de San Pedro y San Pablo, hacía sonar el toque del alba, en la misma placeta de la ermita abría una lista y los primeros en llegar a apuntarse serían los nombrados el siguiente día 1 de Julio, como mayordomos o consellers, por ello una persona que quisiera repetir mayordomía todos los años con que fuera madrugador podría conseguirlo.
Los toques para esta fiesta son de una forma muy sencilla, un par de
volteos con la campana pequeña de la parroquia alrededor de las nueve de
la mañana y volteos de la campana de la ermita a la entrada y salida
del Niño Jesús.
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