Por tercera vez en un año, el
próximo viernes 8 de noviembre las campanas volverán a ejecutar el toque de
difuntos de sacerdote, en esta ocasión se trata de D. Antonio Pérez Pérez que
fue párroco de Castalla desde el año 1993 hasta el 1999.
El pasado 29 de octubre de buena
mañana la noticia corrió como la pólvora, “D. Antonio había partido hacia la
casa del Padre”. Todos quedamos estupefactos ante esta noticia, pues nadie
podíamos prever este desenlace con 67 años de edad, a pesar de que de todos eran
conocidas las enfermedades que sufría.
La Misa exequial se celebró en la
Iglesia de Nuestra Señora del Consuelo de Altea, fue presidia por el obispo de la diócesis D. Jesús Murgui,
concelebrada por el vicario general D. Manuel Conesa junto con otros 51
sacerdotes de toda la diócesis, quedándose el templo pequeño para albergar la
multitud de personas que acudieron para despedirle y rezar por el eterno
descanso de su alma.
Este sacerdote, alegre, sencillo y
humilde, fue un trabajador incansable a pesar de las limitaciones de su
enfermedad, fiel a su ministerio y volcado en las tareas parroquiales. Fué ordenado Sacerdote el 25 de junio de1978 y su
sacerdocio lo desempeñó en las parroquias de Tárbena, Bolulla, Benimantell, Guadalest, Callosa de
Ensarria, Castalla, La Marina, L’Olla de Altea y Altea la Vella.
Su partida ha dejado entre nosotros los frutos abundantes de quien, como San Pablo, ha "corrido bien la carrera de la vida". Sus más de 35 años de sacerdocio estuvieron marcados por una profunda vida de oración, la devota celebración de la santa Eucaristía y la infatigable atención a las necesidades espirituales de tantos hombres y mujeres que acudían a él para reconciliarse con Dios mediante el sacramento de la Confesión o buscar consuelo y sabiduría mediante la dirección espiritual.
Para cerrar esta entrada quisiera pedir una oración por el eterno descanso del alma de este gran sacerdote y buen amigo, y recordar que el próximo viernes a las 7.30 h. celebraremos un funeral aquí en Castalla en el convento.
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