Valga el símil, podríamos decir
que esto es exactamente lo que sucedió en las pasadas fiestas patronales de
moros y cristianos. Me refiero concretamente a una nueva rotura en el badajo de
la campana mayor.
Justo un año y un día después ha
tenido lugar una nueva rotura en este badajo, ya que el pasado año sucedió
el día 2 de septiembre y en esta ocasión ha sido en el volteo de la una del día
3.
La rotura del pasado año tuvo
lugar en el asa de amarre del badajo a la campana, siendo en esta ocasión al
final de la barra trasmisora y donde comienza la bola percutora del badajo.
Las consecuencias de esta nueva
rotura han sido muy desafortunadas para la campana, ya que al quedar la parte
inferior del badajo suspendida sobre el cable de acero de seguridad para evitar
su caída, éste golpeaba sobre el mismo borde o labio de la campana provocándole
un portillo. Al percatarme de la variación del sonido, procedí
rápidamente a su parada, observando que ya el propio circuito electrónico que
lleva sobre el motor al percibir la anomalía la había dejado libre.
A pesar de lo desafortunada de
esta rotura podemos dar gracias a Dios que solo haya sufrido este portillo la
campana, ya que de haber dado unas vueltas más de esta forma hubieran podido
ser las consecuencias catastróficas para la campana, incluso llegando a
provocar su rotura.
Después de percatarnos de la anomalía,
subimos cuatro o cinco campaneros para proceder al desmonte de este badajo y a
la colocación del antiguo de “Hermanos Portilla” para que durante el día y
medio restantes de fiestas patronales esta campana continuara realizando sus
toques y volteos con total normalidad.
Sé que muchas personas al leer
este artículo pueden llegar a pensar que estas roturas puedan ser motivadas por
un excesivo uso en los volteos con esta campana, a lo que ciertamente tengo que
responder que no, ya que ésta voltea muy pocos días en el año y con
un tiempo muy reducido, valga como
ejemplo que realiza el último volteo el 4 de septiembre al entrar la patrona en
su ermita y no lo vuelve a hacer hasta el día Nochebuena al mediodía, a pesar
de ser algunas voces las que afirman que debería sonar en todas las solemnidades
de precepto, de momento sigue siendo tal y como manda la tradición haciendo
honor a la frase que utilizaban nuestros mayores: “Quan volteja la campana
major es dia de puchero en faseures” haciendo referencia a que era gran
solemnidad.
En mi opinión, dos pueden ser los
motivos que influyan en estas roturas, primero la aleación y temple en el acero
del badajo y segundo sus dimensiones más que considerables, Ya que estamos hablando de una campana de 1741 kg. en el bronce y 3200 kg. completa.
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