sábado, 18 de octubre de 2014

DE OCA A OCA…



                                    
 


           Valga el símil, podríamos decir que esto es exactamente lo que sucedió en las pasadas fiestas patronales de moros y cristianos. Me refiero concretamente a una nueva rotura en el badajo de la campana mayor.


 

          Justo un año y un día después ha tenido lugar una nueva rotura en este badajo, ya que el pasado año sucedió el día 2 de septiembre y en esta ocasión ha sido en el volteo de la una del día 3.




          La rotura del pasado año tuvo lugar en el asa de amarre del badajo a la campana, siendo en esta ocasión al final de la barra trasmisora y donde comienza la bola percutora del badajo.






          Las consecuencias de esta nueva rotura han sido muy desafortunadas para la campana, ya que al quedar la parte inferior del badajo suspendida sobre el cable de acero de seguridad para evitar su caída, éste golpeaba sobre el mismo borde o labio de la campana provocándole un portillo. Al percatarme de la variación del sonido, procedí rápidamente a su parada, observando que ya el propio circuito electrónico que lleva sobre el motor al percibir la anomalía la había dejado libre.






           A pesar de lo desafortunada de esta rotura podemos dar gracias a Dios que solo haya sufrido este portillo la campana, ya que de haber dado unas vueltas más de esta forma hubieran podido ser las consecuencias catastróficas para la campana, incluso llegando a provocar su rotura.






          Después de percatarnos de la anomalía, subimos cuatro o cinco campaneros para proceder al desmonte de este badajo y a la colocación del antiguo de “Hermanos Portilla” para que durante el día y medio restantes de fiestas patronales esta campana continuara realizando sus toques y volteos con total normalidad.



 

            Sé que muchas personas al leer este artículo pueden llegar a pensar que estas roturas puedan ser motivadas por un excesivo uso en los volteos con esta campana, a lo que ciertamente tengo que responder que no, ya que ésta voltea muy pocos días en el año y con un  tiempo muy reducido, valga como ejemplo que realiza el último volteo el 4 de septiembre al entrar la patrona en su ermita y no lo vuelve a hacer hasta el día Nochebuena al mediodía, a pesar de ser algunas voces las que afirman que debería sonar en todas las solemnidades de precepto, de momento sigue siendo tal y como manda la tradición haciendo honor a la frase que utilizaban nuestros mayores: “Quan volteja la campana major es dia de puchero en faseures” haciendo referencia a que era gran solemnidad.









          En mi opinión, dos pueden ser los motivos que influyan en estas roturas, primero la aleación y temple en el acero del badajo y segundo sus dimensiones más que considerables, Ya que estamos hablando de una campana de 1741 kg. en el bronce y 3200 kg. completa.




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