Nuevamente el artista local
Guillermo Durá ha realizado una actuación de restauración en la ermita de
Castalla, en esta ocasión han sido los lienzos que se hallaban en la cripta,
pues se hallaban en un pésimo estado de conservación. Estos lienzos fueron
cedidos por diversas familias de Castalla al párroco D. Toribio Sellés,
pretendiendo éste aparte de evitar su pérdida el realizar un pequeño museo o
exposición en la mencionada cripta.
Es muy de agradecer la labor que
este artista de Castalla está realizando en las obras pictóricas de la
parroquia de Castalla, ya que además de invertir su tiempo en recuperar piezas
prácticamente perdidas, ha querido correr él mismo con los gastos que esta
restauración ha llevado tanto en los oleos como bastidores de los lienzos y
algunos marcos.
Todos los que habíamos visto los
lienzos antes y después de su restauración hemos quedado realmente maravillados
de cómo se ha podido pasar de un deterioro tan grande a quedar en perfecto
estado. Ha sido un trabajo delicado, minucioso y muy complicado, llevando mucho
tiempo su elaboración ya que se llevaron a su estudio en diciembre de 2016 y se
recogieron en agosto de 2017. Próximamente serán recolocados en su lugar,
estudiando la posibilidad de realizar una iluminación conveniente en la cripta
y acondicionarla para que pueda ser visitada y quien lo desee pueda contemplar
este formidable resultado. A continuación pongo el escrito con las valoraciones
que el propio artista ha realizado sobre su actuación.
La colección de cuadros de la
cripta de la ermita está formada por 12 lienzos
pintados al óleo y se inició al finalizar la última restauración de la ermita, realizada
en la década de los años 70. La idea de
formar una colección de cuadros
correspondió al señor retor de Castalla, D.
Toribio Sellés Calvo, que pensó
que el espacio de la cripta era idóneo para colgar una colección de pintura. La
colección de cuadros fue posible gracias
a la aportación de los cuadros, propiedad de diferentes familias que
los guardaban en los domicilios particulares.
Los lienzos, de temática
religiosa, carecen de firma y no es posible saber que artistas ejecutaron las
obras y en qué años se realizaron, pero
por las conversaciones con las personas
de edad, se calcula que probablemente se realizaron a finales del siglo XIX o
principios de XX. La información que nos ha llegado ha sido poco concreta, pero
se sabe que los cuadros se pintaban por encargo de los
particulares. Los lienzos están realizados por varios artistas que deberían trabajar asociados en un mismo
taller. La calidad pictórica de los
lienzos varía de unos trabajos a otros.
En el estudio previo a la
intervención se pudo apreciar que los lienzos se encontraban en un lamentable
estado de deterioro, debido a la mala conservación
y lamentable manipulación a la que
habían sido sometidos. Algunas obras tenían
rotos los bastidores y los
marcos, la gran suciedad de polvo, cera, manchas de yeso y restos de pintura blanca
impedían hacer una valoración exacta de
las obras . Algunos lienzos habían sufrido grandes golpes que habían perforado
el lienzo. Las pérdidas de la capa pictórica era notable en algunos cuadros, así como la pérdida
de la imprimación del lienzo, lo que provocó el desprendimiento de la pintura en incontables pequeños puntos,
repartidos por toda la superficie de los lienzos. La mala calidad de los
materiales utilizados en la realización de los cuadros acentuó el deterioro de las obras con el paso de los años.
Los trabajos de recuperación se
realizaron sobre el conjunto de
cada obra, incluidos los marcos y
bastidores, ya que los diferentes elementos que componen los
lienzos se encontraban muy deteriorados.
Los trabajos se realizaron en tres fases:
Se restauraron los marcos y se
sustituyeron por otros nuevos los que se encontraban en estado de imposible recuperación. Finalmente se trataron con anti carcoma los marcos que se
encontraban afectados.
Se fabricación nuevos bastidores para los lienzos que se encontraban con el
soporte roto. Se efectuó la colocación
de doble tela para los lienzos que lo precisaban y se parchearon las
roturas de los lienzos.
Por último se reintegró la capa pictórica perdida, empleando el método
ilusionista (o de imitación).
La colección de lienzos de la cripta de la ermita es un
reflejo de la cultura popular de una época en la que el profundo
sentimiento religioso de los habitantes de Castalla les hacía sentir un gran aprecio y valoración a la tenencia de imágenes
religiosas, sobre todo si estas
representaciones tenían un valor artístico, como eran los cuadros de
pintura al óleo y las imágenes de talla
en madera.
Los lienzos de esta colección, aunque no sean de un gran valor artístico, tienen
el valor representativo de una época en
la que el Arte Sacro tenía una alta valoración y formaba una parte esencial en la devoción popular.
La recuperación del Arte Sacro permitirá conservar el arte que albergan
nuestros templos y transmitirlo a las futuras generaciones como un preciado
legado histórico-artístico.
Guillermo Durá Gisbert
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