Un año más, como es costumbre, al
acercarse nuestras fiestas mayores nos reunimos los campaneros para realizar las
tareas de mantenimiento de nuestras campanas, y así tenerlas en perfecto estado
para las mencionadas fiestas. Como en otras entradas he constatado, estas son
las fiestas campaneras por excelencia de todo el año, pues tienen más uso
incluso que la Semana Santa y especialmente en este año donde se puede considerar que tuvimos un día más de
fiesta, pues tuvimos la subida de la imagen de la Patrona a su ermita el último
día de novena, esto es el 30 de agosto.
Nos reunimos para realizar el
mencionado mantenimiento el sábado 24 de agosto, madrugando en esta ocasión
algo más que en años anteriores, pues además del apretado de los yugos, teníamos el barnizado de la madera y pintado
de todos los herrajes que solemos realizar en años alternos.
Nos concentramos en la puerta de
la iglesia ese sábado a las 7.30 h. de la mañana algunos de los campaneros,
José Bernabéu, Oscar Reche, Víctor Pagan Miguel Bernabéu, Kiko Rico, Jorge
Dura, Marcos Rico, Francisco José Rico y
yo. Es digno de resaltar la gran ilusión y entusiasmo que tuvo Marc Rico quien
con tan solo 8 años de edad, allí estuvo colaborando como uno más desde esta
hora y hasta que concluimos.
Como en esta ocasión no teníamos
claro que pudiéramos realizar el mantenimiento a las cinco campanas de la
parroquia, pensamos que sería interesante efectuarlo al revés que otros años,
esto es, empezar por las campanas mayores y concluir con las pequeñas, pues si
se quedaba alguna pendiente lo podríamos realizar cualquier día al finalizar la
jornada laboral.
Nada más subir a la torre
invertimos la campana segunda y a continuación la mayor, repartiéndonos mitad
por mitad en cada campana, sobre las 9.30 h. cuando las teníamos casi concluidas, bajamos para retomar fuerzas con
el tradicional almuerzo que solemos realizar a pie de torre. Seguidamente
subimos, y mientras unos pintaban los herrajes de las campanas grandes,
invertimos la “mitjana” y la “dejuni” para entretanto apretar toda la
tornillería, dejando la pequeña para el final. Sobre media mañana hizo acto de presencia el párroco D. Salvador Valls para interesarse del estado del mantenimiento.
Como vimos, que aunque finalizando un poco tarde, sí que podíamos realizarlo a las cinco campanas, pensamos en montar el andamiaje para llegar a la pequeña. Concluimos este año el mantenimiento sobre las 14.30 h. algo más tarde que en años anteriores, pero ciertamente a una buena hora para irnos a celebrar el éxito de la tarea realizada, con la tradicional cerveza de los campaneros.
A las otras cinco campanas, esto
es las cuatro del convento y la de la ermita también las revise el miércoles 21
de agosto, no interviniendo apenas sobre ellas porque se encontraban en
perfecto estado, salvo alguna pequeñez como el tensado de algún muelle de
retroceso de los martillos de repique o engrase de las cadenas de volteo.
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