

DATOS CRONOLÓGICOS:
San Francisco de Paula (Paula, 27 de marzo de 1416 — Tours,
2 de abril de 1507) fue un eremita, fundador de la Orden de los Mínimos
y santo de la Iglesia Católica. Muy joven inició vida de ermitaño en
las afueras de Paula. Poco a poco fue cogiendo fama por sus prodigios.
Hacia 1450 hay ya formado un grupo de seguidores en torno a él. En 1470,
la Congregación de ermitaños (futura Orden de los Mínimos) recibe del
arzobispo de Cosenza Pirro Caracciolo la aprobación diocesana. En 1474
Sixto IV les otorga la aprobación pontificia. En 1483 Francisco de Paula
marcha a Francia por orden del Papa y a instancias del rey Luis XI.
Allí desarrolla cierta labor diplomática en favor
de la Santa Sede al tiempo que trata de obtener de ésta la aprobación
de una Regla para su Congregación, lo que no consigue hasta 1493. Hasta
su muerte contará con el apoyo y la protección de los monarcas
franceses. Unos años después de su fallecimiento se inician procesos
para su canonización en Calabria, en Tours y en Amiens, en los que
declaran numerosos testigos de su vida y milagros. En 1513 es
beatificado y en 1519 canonizado.
Orden de los Mínimos
Mínimos
son los miembros de la Orden religiosa fundada por San Francisco de
Paula. El nombre haría referencia comparativa a los Frailes Menores, y sugiere, como León X dice en la bula de canonización del
santo fundador, la gran humildad que habría de caracterizar a los
religiosos de esta Orden y por razón de la cual ellos mismos habrían de
considerarse como los más pequeños de todos los religiosos. Con la
primera Orden de los Mínimos se halla emparentada una segunda y una
tercera Orden. En este artículo nos dedicaremos principalmente a la
primera.

I. ORIGEN Y REGLAS
San Francisco de Paula, después de haber pasado de jovencito un
año en el convento franciscano de San Marcos (Calabria), se consagró a
la vida solitaria en un eremitorio cerca de Paula. Hacia 1435 algunos
discípulos se le agregaron y después de algunos años fundó conventos en
Paterno, 1444, y en Milazo (Sicilia), 1469. La nueva congregación fue llamada “Ermitaños de San
Francisco de Asís”. El Arzobispo de Cosenza les otorgó, en 1470, la
exención de su propia jurisdicción,
privilegio que fue confirmado por Sixto IV, 1473. El mismo pontífice les concedió los privilegios de los frailes
mendicantes. Durante 57 años (1435-93) la nueva fundación no tuvo una
Regla propia aprobada, pero en 1493 la primera regla, que comprendía 13
capítulos y que estaba en su mayor parte tomada de la regla de San
Francisco de Asís, fue confirmada por Alejandro VI. Una segunda versión de la
regla en 10 capítulos, que mostraba ya menor dependencia de la Regla de
San Francisco, fue aprobada por Alejandro VI en 1501. En ella aparece ya
el cuarto voto solemne de vita quadragesimalis, característica
distintiva de los Mínimos. En la misma Bula de confirmación se insiere
en 7 capítulos la regla de la tercera Orden para seglares de ambos sexos. Notablemente
diferente de esta segunda versión es la regla confirmada en 1502.
Finalmente, una cuarta redacción definitiva de la regla de la primera
Orden, todavía observada por los Mínimos (de acuerdo con las
Constituciones para ellos aprobadas en 1986), fue confirmada por Julio
II, 28 de Julio de 1506.
La regla de la segunda Orden, de monjas, con origen en España, apareció
por primera vez en la misma Bula. Se trata casi de una literal asunción
de la regla de la primera Orden, mientras que la regla de la tercera
Orden, también inserida y nuevamente aprobada, es similar a la que había
sido confirmada en 1501. El espíritu que emana de estas Reglas es de
gran penitencia y abnegación. El cuarto voto impone perpetua abstinencia
de carne, huevos y lacticinios (hoy para los frailes limitado a carnes y
derivados), y sólo en caso de grave enfermedad puede ser dispensado por
orden del médico. La Orden de los Mínimos se estructura de acuerdo con
los mismos principios de organización del resto de órdenes mendicantes.
Los superiores son llamados correctores. A la cabeza se halla el
Corrector General, que primeramente era elegido cada tres años, pero que
desde 1605 lo es cada seis. El Corrector Provincial es elegido cada
tres años, mientras que el superior local de cada convento era elegido
sólo por un año (actualmente por tres). El hábito de los Mínimos está
hecho de simple lana negra, mangas anchas y se ciñe con un delgado
cordón negro. La mozzetta del capucho llega bastante más abajo del
cordón, con forma parecida a la de un escapulario. Para asegurar la
estricta observancia de las reglas de la primera y segunda Orden,
Francisco de Paula redactó un “Correctorium”, consistente en diez
capítulos correspondientes al número de capítulos de la regla, que
determina la penitencia a imponer a quienes transgredan los preceptos de
la misma. Este “Correctorium” fue aprobado por Julio II en 1506 y por
León X en 1517.

II. PROPAGACIÓN Y ACTIVIDADES
La Orden de los Mínimos, desarrollada primero en Italia, fue
introducida por especial favor real en Francia, adonde el santo fundador
fue llamado en 1482. Allí los primeros conventos estuvieron en
Plessis-les-Tours, Amboise y Nigeon (cerca de París). A causa de su gran
sencillez los Mínimos en Francia recibieron el sobrenombre de bons
hommes. En 1495 Carlos VIII de Francia fundó en Roma el convento de
Trinità dei Monti, el cual, por Bula de Inocencio X (1645) estuvo
exclusivamente reservado a los frailes franceses. Desde Francia los
Mínimos pasaron a España, donde se les llamó “Frailes de la Victoria”, a
causa de la victoria del Rey Fernando sobre los moros de Málaga y a la
primera ermita que poseyeron en esta ciudad bajo la advocación de
Nuestra Señora de la Victoria. En 1497 el Emperador Maximiliano
introdujo la nueva Orden en Alemania (en Bohemia). A la muerte de San
Francisco de Paula, 1507, existían cinco provincias entre Italia,
Francia, España y Alemania.
La Orden llegó a contar con 450 conventos. En 1623 Dony d’Attichy ofrece
las siguientes cifras: 6.430 miembros, 359 conventos y 30 provincias
distribuidas entre los principales países católicos de Europa. Lanovius
en 1635 añade al número de provincias tres comisariados. A mediados del
siglo XVII iniciaron su presencia en las Indias Occidentales,
concretamente en Lima (Perú). En 1646 la Congregación de Propaganda
aprobó una misión en Canadá, aunque no está claro si el proyecto llegó a
materializarse. No parece que los Mínimos llegasen a
tener conventos en Inglaterra, aunque hay memoria de ilustres miembros
ingleses como Tomás Felton, martirizado en 1588, Henry More, sobrino del
canceller santo Tomás More, fallecido en Reims en 1587 y Andrew Folere,
fallecido en Soissons, 1594. La segunda Orden nunca se extendió
demasiado. En 1623 existían 11 conventos con 360 monjas. La tercera
Orden, por el contrario, tuvo muchos adherentes entre los fieles en los
países donde existían conventos de religiosos. Desde la Revolución
Francesa los Mínimos se redujeron numéricamente de forma notable.
Para dar idea de su actividad indicaremos a algunos de sus más
distinguidos miembros. El primero del que hay que hacer mención es
Bernardo Boil, primer Vicario Apostólico en
América, nombrado en 1493, quien, como indican con certeza los
documentos publicados por Fita, pertenecía en aquel momento a los
Mínimos, aunque la bula papal de nombramiento utilice las palabras ordinis Minorum. Distinguidos teólogos fueron:
Lalemandet, fallecido en 1647; Salier, fallecido en 1707; Boucat,
fallecido en 1718; Palanco, fallecido en 1720; Perrimezzi, fallecido en
1740. Historiadores: Giry, fallecido en 1688;
Marin, fallecido en 1767. Matemáticos: Maignan, fallecido en 1676;
Mersenne, fallecido en 1648. Filósofos: Saguens, fallecido hacia 1718, y
algunos de los ya mencionados teólogos y los obispos procedentes de
esta Orden.
La Orden cuenta con los siguientes Beatos: Tomás Felton, Luis Hutrel,
Nicolás Saggio de Longobardi, Gaspar de Bono y Nicolás Barré, estando en
tramitación la causa del Venerable Bernardo Clausi. Se encuentran
también en curso las causas de algunas monjas mínimas: la Venerable Sor
Filomena de Santa Coloma, la Venerable Sor Consuelo del Corazón de María
y 9 monjas del Monasterio de Barcelona martirizadas en 1936.

III. SITUACIÓN ACTUAL
En el año 2000, al celebrar su LXXXIII Capítulo General, la
primera Orden contaba con 176 religiosos, distribuidos en un total de 41
conventos, ubicados en los siguientes países: Italia (30), España (3),
Brasil (3), Estados Unidos (1), República Checa (1), Colombia (2) y
México (1). El Corrector General reside en San Andrea delle Fratte,
Roma. La primera Orden tiene otras dos casas en Roma: el convento de
S.Francesco di Paola (donde se halla el Archivo Generalicio) y el
Colegio Internacional (en la zona del EUR). La segunda Orden,
constituida por monasterios autónomos que se agrupan en la Federación de
Monjas Mínimas, se halla especialmente extendida en España, donde
cuenta con 9 monasterios; tiene, además, 3 monasterios en Italia y 1 en
Filipinas. En torno a los principales conventos de frailes se mantienen
activas fraternidades de la tercera Orden.
Aquí a Castalla
Esta orden llegó a Castalla en 1586 para ocupar el antiguo
convento de S. Sebastián, abandonado el año anterior por la orden de
los padres descalzos, situado en la zona denominada “els ameradors” en
lo que hoy es “la casa del infant”. Tras considerar el lugar poco
saludable por haber aguas estancadas y encontrarse muy lejos de la
población decidieron trasladarse y construir el actual. El 19 de noviembre de 1758 con una solemne procesión, se trasladó el Santísimo Sacramento del antiguo convento al nuevo, donde habitaron
hasta el año 1836, teniendo que abandonarlo por la desamortización de
Mendizábal. Estos frailes se dedicaban especialmente a la ayuda de
enfermos y necesitados, y subsistían por el cultivo del huerto que
tenían junto al convento y donativos particulares, dedicándose también a
la docencia, viniendo niños incluso de los pueblos colindantes y
llegando alguno de ellos a ser personajes ilustres,
como por ejemplo el cardenal Payá. También Rvdo. Padre Francisco Serrano
nacido aquí en Castalla llegó a ser provincial de la orden de los
mínimos.

Según datos obtenidos del año 1738-39, manifiestan, que en el convento de San Sebastián de extramuros de la villa de Castalla era habitado por los siguientes frailes Mínimos:
Sacerdotes:
R.P .Fray Raimundo Xaló, prior.
R.P. Fray Joseph Sirera, predicador.
R.P. Fray Theodoro Rico.
R.P. Fray Gregorio Rico.
R.P. Fray Felix Esteve.
R.P. Fray Christoval Sanxio.
R.P. Fray Miguel Crespo.
R.P. Fray Thomás Bellot, licenciado.
R.P. Fray Vicente Boix.
R.P. Fray Bautista Sanxio.
Religiosos oblatos conventuales:
Fray Luis Sarrió.
Fray Andrés Rico.
Fray Domingo Canet.
Fray Manuel Monllor.
Fray Thomás Martinez.
Fray Baltasar Pérez.
Tras la desamortización de 1836, estos frailes tuvieron que abandonar el convento, albergándolos en las casas colindantes
al mismo durante unos meses y con la esperanza de poder volver a
habitarlo. Al no ser así, al final abandonaron Castalla. (todo un robo a
mano armada, ya que la edificación de éste se efectuó sobre un solar
donado por su propietario D. José Amorós Amorós para tal finalidad y
todos los bienes los consiguieron los frailes mínimos con su trabajo
y esfuerzo, también con los donativos de los feligreses y vecinos,
especialmente de Diego Badalonga quien entregó para la causa gran parte
de su patrimonio).
A finales de los años 70, alegando deterioro en sus cubiertas, se derribó por parte del Ayuntamiento este convento de más
de 300 años de antigüedad, con su claustro y salas, aunque algo
reformadas por haberse dedicado en los últimos años como casa cuartel de
la guardia civil y oficina de correos, para convertirlo en una
masificación de viviendas. A mi parecer, se hubiera podido restaurar y mantener
para cualquier utilidad pública, conservándolo como parte del
patrimonio de Castalla. (No creo que estemos tan sobrados.)
En la
actualidad sólo queda la Iglesia del convento, a la cual se le hicieron
algunos arreglos en 1939 para utilizarlo como parroquia. Se restauró en
1972 colocandole un pavimento y altar nuevo. En 1979 se pinto toda la iglesia i repararon sus cubiertas y en el año 2010 se decoró el retablo principal y el zócalo. Este retablo principal, desde su construcción hasta 1936 en que fue destruido, siempre lo ha presidido un Imagen de San Sebastián, a quien está dedicado el convento. La Imagen de San Francisco de Paula quedaba expuesta a publica veneración en la capilla izquierda del crucero, siendo la Imagen procesional la situada en la hornacina de la sacristía. Tras la realización del nuevo retablo en 1939 para poder utilizar esta iglesia como parroquia, como he mencionado, por el grandísimo deterioro que tenia la misma, nunca se volvió a tallar una Imagen de San Sebastián i en cambio sí de San Francisco de Paula, quien pasó a presidirlo. En la parte superior del retablo se colocó un lienzo de San Sebastián en 1980, obra del artista local Elíseo Esteve. A
San Francisco de Paula, desde que el convento estaba habitado por los frailes y hasta
nuestros días se le sigue dedicando una gran fiesta. (Aunque en la década de
los 70 quedó algo mermada principalmente por el problema que suponía el
realizar las hogueras sobre el asfalto.)
Aunque el día que se conmemora a S. Francisco de Paula es el 2 de abril,
aquí en Castalla varía en función a como cae Semana Santa y
Pascua, procurando que tampoco coincida con el mes de mayo por encontrarse la Patrona en la Parroquia.Como este año es uno de esos en que la fiesta de San Francisco ha caído en plena Semana de Pascua, la celebración de la procesión y las hogueras en su honor se ha trasladado a este próximo sábado 13 de abril, siendo los toques como es tradición de la siguiente manera:

Viernes 17 de Abril (Víspera)
Durante el día toques propios del viernes.
21.02 h. Volteo general (Tanto éste como los siguientes lógicamente el el Convento)
Sábado 18 de Abril
09.01 h. Toque del alba.
09.02 h. Volteo general.
13.01 h. Ángelus.
13.02 h. Volteo general solemne.
18.31 h. 1º Toque a Misa.
18.45 h. 2º Toque a Misa
18.46 h. Volteo general.
19.01 h. 3º Toque a Misa
De 19.45 h a 21.00 h. Volteos procesionales.
A la salida y entrada de la imagen de San Francisco, volteo general solemne.
21.00 h. Voteo general como señal para el encendido de las hogueras.