sábado, 1 de noviembre de 2025

Día de los Fieles Difuntos "2 de Noviembre"

 


  

 




           Nos disponemos un año más a celebrar la conmemoración de todos los fieles difuntos, ante todo resaltar que serán tres las celebraciones eucarísticas que se realizarán en este día, al coincidir en domingo las misas serán a las 08.00 h. 10.30 h. y 12.00 h. en la parroquia . Debido a lo largo que puede resultar este artículo he pensado dividirlo en cuatro partes diferenciadas:

Primero. Diversidad de toques de difuntos qué en Castalla existen y cómo y cuándo se utilizan. 

Segundo. Singular tradición de este día de difuntos en Castalla.

Tercero. Horarios de los toques que en este día se realizan.

Cuarto. Visión cristiana, significado e historia sobre este día.


 


                                  PEQUEÑA


 
 
 







 
                                          DEJUNI
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PRIMERO: Diversidad de toques. 
 
 
 
Hasta principios de los años sesenta, cuatro toques de difuntos diferentes eran los que se efectuaban aquí en Castalla, imagino que igual o similar que en otros lugares. Estos se realizaban en función del entierro que se solicitaba para el difunto, y este podía ser de primera, de segunda o de tercera, quedando el de primera especial, que se utilizaba solamente en este día de fieles difuntos; voy a continuación a desglosar en qué consistía y qué campanas intervenían en cada uno de ellos.
 
 
 
 
El de tercera:  Este toque es el más lento de todos y se podría denominar como el más triste o fúnebre, y en él alternan las campanas dejuni, mitjana y mayor, pero muy lentamente.




           

                                    Detalle de toque de tercera
 
 
   
El de segunda: Este toque es el que se sigue utilizando en la actualidad, tanto en las señales como en todos los entierros, consistente en una alternancia de campanadas entre la dejuni y la mitjana, y cada diez de éstas, una distanciada con la mayor.






   
                 Detalle de toque de segunda



El de primera: Este toque se realiza con las campanas dejuni y mitjana al medio vuelo, sin intervenir ninguna campana más.


           


                      

         Detalle de toque de primera



          El de primera especial: Este toque es similar al anterior, cambia en que después de un tiempo en esta alternancia al medio vuelo entre la dejuni y la mitjana, se une la mayor, y transcurrido otro espacio de tiempo se paran las dos primeras, quedándose solo la mayor al medio vuelo hasta el final del toque.



             


                                        Detalle de toque de primera especial


También existe un toque, que no he denominado antes, que es el de “albat” siendo el toque de difuntos de niño. Este és un toque afortunadamente casi extinguido, por ser muy pocos los niños que mueren en la actualidad en comparación a hace unos años. En este toque las campanas protagonistas son la pequeña y la dejuni; la primera voltea mientras la segunda toca lo que se denomina “el cel, cel, cel”, que es un intervalo de campanadas con combinación de una y dos sucesivamente.
 
 
 
 
            En todos estos toques al principio y al final (exceptuando los medios vuelos por motivo de sus paradas) se realizan muy lentamente lo que se denominan “DRANCS” que no es otra cosa que una sucesión de campanadas, todas al mismo tiempo, y que en función a su cantidad indican si el difunto es hombre, mujer, sacerdote, el obispo o el Papa etc.




                    


          Después del Concilio Vaticano II se unificó en un solo tipo de entierro para todos, incluyendo los toques de campanas, concretamente aquí en Castalla se decidió utilizar el toque de segunda y por ello dejaron de realizarse el de primera especial, el de primera y el de tercera.
 
 
 
 
 
 
 
 
Tras la restauración de las campanas del 2002, pensamos que era una auténtica pena que esos cuatro tipos de toques, que durante siglos se habían utilizado, dejaran de sonar para siempre (exceptuando, claro está, el de segunda que se utilizaba para todo) por ello pensamos que se debían de recuperar los cuatro, pero eso sí, para todos igual sin distinción, por ello pensamos que se deberían utilizar de la siguiente manera:





            
                                        Detalle de toque de entierro medio vuelo tres campanas





 El de primera se utilizaría en los tres toques para todos los entierros, con la salvedad que al tener más campanas le unimos también la segunda pareciendo este toque el de primera especial.

 El de segunda para lo que son las señales del alba, mediodía y víspera (cuando hay algún difunto y antes del entierro)

El de tercera y primera especial (este último como siempre había sido)  sería para el día 2 de noviembre, conmemoración de todos los fieles difuntos y su víspera.


                                      MEDIANA


Después de unos años realizándolo así, volvimos a replantearnos la cuestión, ya que aquí en Castalla suelen realizarse entre setenta y ochenta entierros al años, que por tres toques implican  entre 210 y 240 medios vuelos, lo cual generaba en las cintas de las poleas un gran desgaste, teniéndolas que cambiar con demasiada asiduidad, al tiempo que nos daba la impresión de que esto suponía un abuso para las campanas. Por este motivo creímos conveniente dejar para todos los entierros, como desde los años sesenta se había realizado, el toque de segunda, realizándose ya el de primera especial, el de primera y el de tercera para el día de todos los fieles difuntos y su víspera. (No es lo mismo el golpe que recibe la campana con el badajo al medio vuelo que el que le da el electo mazo que tiene al lateral).




                         
                                          SEGUNDA
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SEGUNDO: La tradición en Castalla


Desde épocas muy antiguas, era una costumbre arraigada en nuestro pueblo realizar el día de Todos los Santos, en la víspera del día de los fieles difuntos —es decir, el día 1 de noviembre al anochecer—, un largo y solemne toque de campanas dedicado a recordar e invitar a rezar por nuestros antepasados difuntos. Esta señal o toque de campanas, conocida popularmente como “la señal animas”, comenzaba cuando el sol ya declinaba y se prolongaba durante toda la noche, como muestra de respeto, recuerdo y oración por las almas de quienes ya habían fallecido.

Con el paso de los años, aquel toque interminable, que resonaba melancólico sobre los tejados del pueblo i la foia de Castalla, fue acortándose. El paso del tiempo, los cambios de costumbres, modernización de la vida, sin desestimar la electrificación de campanas, hicieron que aquella antigua tradición quedara reducida a una duración mucho menor: primero unas pocas horas, y finalmente tan solo media hora, como se hace en la actualidad.

 

 

 

 Durante aquella larga noche de vigilia, eran muchos los vecinos y vecinas del pueblo que se acercaban al campanario para echar una mano a los campaneros o para relevarlos cuando el cansancio hacía acto de presencia. Aquella tarea, llena de devoción y comunidad, se convertía en una especie de velada colectiva, donde la fe, la solidaridad y la convivencia se unían con el deseo de rezar, y de animar a otros a hacerlo, por las almas de nuestros antepasados difuntos que aún esperan contemplar la luz del rostro de Dios.

Mientras tanto, los monaguillos de la parroquia vestidos con sus túnicas, sotanas y roquetes, recorrían las calles del pueblo, yendo de puerta en puerta y pidiendo la tradicional “llimosneta pal quijalet”. Esta limosna, recogida con humildad y alegría infantil, servía después para repartirse entre los campaneros y los monaguillos, que así podían alimentarse y resistir aquella noche tan larga de toques y oraciones.

 

 

 

Eran tiempos de sencillez y hermandad, en los que las tradiciones no eran solo rituales, sino auténticos lazos que unían al pueblo en comunidad. Incluso bien entrada la década de los años setenta del siglo XX, esta singular práctica se mantuvo viva, aunque ya comenzaba a perder su fuerza original.

Yo mismo tuve la suerte de participar en ambas facetas: primero como monaguillo, recorriendo las calles con la bolsa para la limosna, y más tarde como campanero, haciendo sonar con mis propias manos aquellas queridas campanas que ya solo resonaban durante una hora, sin relevos ni descanso. Con cada toque, parecía que las voces del pasado volvían a hablarnos, recordándonos que detrás de cada tradición está la memoria viva de un pueblo.

 

 

Ahora bien, esta memoria colectiva parece cada vez menos viva, y ello se debe, a mi juicio, probablemente a dos factores fundamentales. En primer lugar, porque parece que todo aquello que proviene de fuera, o es de origen externo, se percibe como mejor o más valioso que lo que, a lo largo de los siglos, hemos construido y heredado de nuestros antepasados. Esta tendencia a valorar más lo ajeno que lo propio ha contribuido a debilitar el sentimiento de continuidad cultural local.

En segundo lugar, la rápida masificación y el aumento de población que se han producido en estos últimos años, han hecho que muchas personas llegadas de fuera consideren que las tradiciones locales deben adaptarse a sus necesidades o expectativas, y no al contrario. Esto ha provocado cierta tensión entre la preservación del patrimonio inmaterial del pueblo y las nuevas realidades sociales, ya que para algunos estas manifestaciones tradicionales resultan anacrónicas, molestas o poco compatibles con sus expectativas o su modo de vida.

 

 

                En consecuencia, se da la paradoja de que es el propio pueblo quien debe adaptarse a las pretensiones de los recién llegados, y no éstos a las costumbres arraigadas del lugar que desean habitar. Todo ello pone de manifiesto la necesidad de revalorizar, proteger y transmitir estas tradiciones locales y culturales como parte esencial de nuestra identidad colectiva y de la memoria histórica que nos define como comunidad. Considero, además, que debería ser la propia corporación municipal la que se implicara activamente en la preservación del valioso y singular patrimonio cultural castellut.

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TERCERO: Los toques 

 
 
Afortunadamente, y a día de hoy, la tradición continua vigente, siendo este día muy singular y extraordinario para las campanas en el que tienen una gran actividad y protagonismo especial, invitándonos a recordar y rezar por todos aquellos que nos han precedido en esta vida; voy por ello a continuación a enumerar los toques propios para este día:





                                        MAYOR

Día 1 de Noviembre “VISPERA”

Durante el día toques propios de “Todos los Santos” (narrados en la entrada anterior)

20.01 h. Toque del Ave María parroquia, convento y ermita.
20.02 h. Parroquia: Señal difuntos de tercera (20 minutos)
               Convento: Señal difuntos de tercera (10 minutos)
21.01 h. Parroquia: Señal difuntos de primera especial (10 minutos)



                                   MAYOR


Día 2 de Noviembre “Conmemoración de todos los fieles difuntos”
 
 

07.30 h. Parroquia toque del Alba
07.31 h.         "      : 1º Toque con señal a difuntos de tercera.
17.45 h.         "        2º Toque         "               con medio vuelo mayor
08.00 h.         "        3º Toque         " 
 
 
                        08.01 h. Toque de Alba convento y ermita.


09.30 h. parroquia: 1º Toque con señal a difuntos de tercera.
09.45 h.        "         2º Toque            "       con medio vuelo mayor
10.00 h.        "         3º Toque            "

10.30 h. parroquia: 1º Toque con señal a difuntos de tercera.
10.45 h.         "        2º Toque         "        con medio vuelo mayor
11.00 h.         "        3º Toque         "
            

13.01 h. Ángelus parroquia, convento y ermita.
13.02 h. Parroquia: Señal difuntos de primera (10 minutos)
               Convento: Señal difuntos de tercera (4 minutos)
 

20.00 h. Toque del Ave María en las tres iglesias

                                                  SEGUNDA
 
 
 


 
 
 
 
 

 
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CUARTO: Visión, significado e historia
 

             Cada 2 de noviembre, la Iglesia Católica celebra con profunda devoción la Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos, una solemnidad en la que los creyentes elevamos oraciones y sacrificios por las almas que aún se purifican en el Purgatorio, confiando en la infinita misericordia de Dios. Este día sagrado nos invita a contemplar el misterio de la muerte a la luz de la fe y a renovar nuestra esperanza en la promesa de la vida eterna. La liturgia nos recuerda que la muerte no es el final, sino un paso hacia la plenitud de la comunión con Cristo resucitado. A través de la oración, la Eucaristía y las indulgencias, los fieles expresamos nuestro amor y gratitud hacia quienes los precedieron en el camino de la fe, ofreciendo su sufragio para que, purificados por la gracia divina, puedan gozar del descanso eterno en la presencia del Señor.

 

 

 

 

 

          El origen de esta conmemoración se remonta al siglo X, cuando el abad san Odilón de Cluny instituyó una jornada especial para orar por los difuntos de los monasterios benedictinos. Con el tiempo, esta práctica piadosa se extendió por toda la cristiandad, siendo acogida oficialmente por la Iglesia universal. Su propósito es recordar que todos los bautizados, aun después de la muerte, permanecen unidos en el amor de Cristo, y que la oración de los vivos puede ayudar a las almas que se purifican a alcanzar la gloria celestial. Así, la conmemoración de los fieles difuntos no es un día de tristeza, sino de esperanza y caridad espiritual. Es una expresión concreta de la fe en la resurrección y en la comunión de los santos, mediante la cual el creyente participa activamente en la obra redentora de Cristo, ofreciendo oraciones, indulgencias y actos de misericordia por el descanso eterno de quienes nos precedieron en la fe.

 

 

 

           En esta fecha, los fieles participamos con especial fervor en la Santa Misa, considerada el acto más perfecto de intercesión por las almas del Purgatorio, pues en ella se renueva el sacrificio redentor de Cristo. Además, muchos creyentes visitan los cementerios para orar ante las tumbas de sus seres queridos, adornándolas con flores y luces como signo de esperanza en la resurrección. La Iglesia, en su sabiduría pastoral, concede indulgencias plenarias o parciales a quienes, con las debidas disposiciones, ofrecen oraciones por los difuntos durante estos días, fortaleciendo así la comunión espiritual entre los vivos y los muertos. Estas prácticas, llenas de fe y amor, reflejan la certeza cristiana de que la muerte no rompe los lazos del espíritu, sino que los transforma en una unión más profunda en Cristo. De este modo, la conmemoración de los fieles difuntos se convierte en una manifestación viva de la caridad cristiana y del anhelo de participar, junto a todos los santos, en la gloria eterna del Reino de Dios.

 

Cristo Yacente "El Vellet de la Sang"

 

           La Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos nos invita, cada año, a mirar la muerte no con temor, sino con los ojos de la fe. En medio del dolor por la ausencia de quienes amamos, la esperanza cristiana nos asegura que la vida no termina, sino que se transforma en comunión eterna con Dios. Recordar y orar por los difuntos es un acto de amor que trasciende el tiempo y el espacio, un gesto de confianza en la misericordia divina y en la promesa de Cristo: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá” (Jn 11,25). Que esta celebración renueve en nosotros el deseo de santidad, la práctica de la caridad y la firme esperanza de reunirnos un día con nuestros seres queridos en la casa del Padre, donde ya no habrá llanto ni dolor, sino alegría eterna en la presencia del Señor.

 

Visita de la Virgen de la Soledad al cementerio


martes, 28 de octubre de 2025

La Fiesta de Todos los Santos y sus toques

 


        Cada 1 de noviembre, en la Iglesia Católica celebramos la Solemnidad de Todos los Santos, una festividad profundamente arraigada en la tradición cristiana que busca honrar a todos aquellos hombres y mujeres que, a lo largo de la historia, alcanzaron la santidad y gozan de la presencia de Dios. Más allá de un simple recuerdo, esta conmemoración representa una expresión de esperanza, comunión espiritual y reconocimiento de la santidad como vocación universal. Su celebración, extendida en diversas culturas, es también una ocasión para reflexionar sobre la vida eterna y el testimonio de fe de quienes nos precedieron.


 

Orígenes de la Fiesta 

         Los orígenes de esta festividad se remontan a los primeros siglos del cristianismo. Durante las persecuciones romanas, miles de creyentes fueron martirizados por confesar su fe en Cristo. Dado que resultaba imposible celebrar una fiesta individual para cada mártir, la comunidad cristiana comenzó a rendir homenaje conjunto a todos ellos en una sola fecha.

El primer testimonio de una celebración de este tipo se encuentra en el siglo IV, cuando la Iglesia de Antioquía dedicaba un día especial a “todos los mártires”. Más tarde, en Roma, el papa Bonifacio IV (año 609 o 610) consagró el Panteón romano, antiguo templo dedicado a los dioses paganos, a la Virgen María y a todos los mártires cristianos, instaurando así una conmemoración litúrgica en su honor. Esta decisión marcó un punto decisivo en la cristianización del mundo romano y en la consolidación del culto a los santos.

En el siglo VIII, el papa Gregorio III extendió la celebración, dedicando una capilla en la Basílica de San Pedro a “todos los santos”, y fijó la fecha del 1 de noviembre. Más tarde, en el siglo IX, el papa Gregorio IV ordenó que esta solemnidad fuera celebrada en toda la Iglesia universal, consolidando su carácter global y litúrgico.

 

 

Desarrollo histórico 

          A lo largo de la Edad Media, la fiesta de Todos los Santos adquirió una importancia central en el calendario litúrgico. La Iglesia no solo recordaba a los mártires, sino también a todos los hombres y mujeres que, sin haber sido canonizados oficialmente, vivieron de acuerdo con el Evangelio y alcanzaron la gloria eterna. Este cambio amplió el sentido de la celebración, transformándola en una jornada de acción de gracias por la multitud de santos conocidos y desconocidos.


Durante la expansión del cristianismo en Europa y América, la solemnidad de Todos los Santos se adaptó a las diversas culturas, fusionándose en algunos casos con antiguas festividades paganas relacionadas con la muerte, la cosecha y el cambio de estación. Por ejemplo, en los países anglosajones, coincidió con la festividad celta de Samhain, origen de la actual celebración de Halloween (All Hallows’ Eve, o víspera de Todos los Santos).

 

Significado teológico y espiritual

          Desde una perspectiva teológica, la Fiesta de Todos los Santos expresa el dogma de la Comunión de los Santos, que une a los fieles de la Iglesia triunfante (los santos en el cielo), la Iglesia purgante (las almas del purgatorio) y la Iglesia militante (los creyentes en la tierra). Esta comunión constituye el misterio de una Iglesia viva, en la que todos los miembros comparten la gracia de Cristo y participan de un mismo destino de santidad.

La solemnidad subraya además que la santidad no es un privilegio de unos pocos, sino una vocación universal. El Concilio Vaticano II, en la constitución Lumen Gentium, reafirma esta idea: “Todos los fieles de cualquier estado o condición están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad”. Por tanto, celebrar a todos los santos es también celebrar la posibilidad real de alcanzar la santidad en la vida cotidiana.

En la liturgia de este día, las lecturas bíblicas invitan a la alegría y la esperanza: la visión del Apocalipsis (7,2-14) presenta una multitud vestida de blanco que alaba a Dios, y el Evangelio de las Bienaventuranzas (Mateo 5,1-12) muestra el camino hacia esa dicha eterna: la humildad, la misericordia, la pureza de corazón y la justicia.

 

 

Representación y celebración actual en el mundo católico

          Hoy en día, la Fiesta de Todos los Santos sigue siendo una de las solemnidades más importantes del calendario católico. En muchos países de tradición cristiana, el 1 de noviembre es día festivo, y las familias visitan los cementerios para honrar a sus difuntos, adornando las tumbas con flores y rezando por ellos. Aunque este gesto es más propio del día siguiente 2 de Noviembre, Día de los Fieles Difuntos, ambas celebraciones conservan una estrecha conexión espiritual.

En países Europeos como España, Francia e Italia, así como en Filipinas y gran parte de América Latina, la conmemoración mantiene un tono de respeto, oración y recuerdo familiar, mientras que en otros contextos, como el estadounidense, se ve influenciada por elementos culturales populares como Halloween.

La fiesta de Todos los Santos sigue recordando al creyente moderno que la santidad es posible en todas las épocas y circunstancias. En un mundo marcado por el materialismo y la indiferencia religiosa, esta solemnidad ofrece un mensaje de esperanza: el testimonio de hombres y mujeres que vivieron con fe, amor y entrega total a Dios continúa siendo un modelo de vida cristiana.

 

 

Conclusión

          La Fiesta de Todos los Santos es mucho más que una jornada de recuerdo: es una celebración de la victoria de la gracia sobre el pecado, de la vida sobre la muerte y del amor sobre la indiferencia. Nacida de las primeras comunidades cristianas y enriquecida a lo largo de los siglos, esta solemnidad  nos invita a los creyentes a mirar hacia el cielo sin olvidar nuestro compromiso en la tierra.

En un tiempo en que el concepto de santidad puede parecer lejano o inalcanzable, la Iglesia nos recuerda en esta fecha que todos estamos llamados a la santidad y que, a través de la fe y las obras, cada persona podemos formar parte de esta inmensa comunión de santos que, desde la eternidad, intercede por la humanidad ante Dios.

En resumen, un día para unirnos en oración con innumerables antepasados nuestros, familiares, amigos, conocidos y desconocidos, que ya han alcanzado la santidad y gozan de la presencia de Dios, siendo éste el significado de  la imagen que encabeza este articulo; una simulación de gentes de Castalla, que habiendo alcanzado la santidad, están unidas a Cristo intercediendo por todos nosotros, la población de la foia y la humanidad en general.

 

 


Los toques de campanas para esta fiesta son los propios de cualquier solemnidad de precepto y serán los siguientes:




Dia 31 de octubre " VISPERA"



13.01 h Angelus parroquia,convento y ermita

13.02h volteo menor " " " 



19.00 h. primer toque a Misa en el convento.

19.15 h. segundo toque a Misa   "

1916 h. volteo general               "

19. 30 h. tercer toque a Misa    "


20'01 h.. Parroquia, ermita y convento: Toque de Ave María
20'02 h. Parroquia: Volteo menor. (4 campanas)
Convento: Volteo general.
Ermita: Volteo

 













Dia 1 de noviembre "TODOS LOS SANTOS"






07'31 h. Parroquia: Toque de alba.


07'32 h. Parroquia: 1º Toque a misa con anuncio posterior.
07'45 h. " 2º Toque a misa con anuncio posterior.
08'00 h. " 3º Toque a misa con anuncio posterior.


08'00 h. Ermita y convento: Toque de alba.


08'01h. Parroquia: Volteo menor (4 campanas).


10'01 h. Parroquia: 1º Toque a misa con anuncio posterior.
10'15 h. " 2º Toque a misa con anuncio posterior.
10'16 h. Volteo campanas mediana y segunda.
10'31 h. " 3º Toque a misa con anuncio posterior.




11'31 h. Parroquia: 1º Toque a misa.
11'45 h. " 2º Toque a misa.
11'46 h. Volteo campanas mediana y segunda.
12'01 h. " 3º Toque a misa.




13'01 h. Parroquia, ermita y convento: Toque de ángelus.
13'02 h. Parroquia: Volteo menor (4 campanas).
Convento y ermita: Volteo general.








16'00 h. Parroquia: 1º Toque a Rosario.
16'15 h. " 2º Toque a Rosario.
16'16 h. " Volteo campana pequeña.
16.30 h. " 3º Toque a Rosario.



20'00 h. Parroquia, ermita y convento: Toque de Ave María




(Señales a difuntos de vispera del día 2 en próxima entrada)


 

 

domingo, 19 de octubre de 2025

XXVIII Encuentro de Campaneros Valencianos




         En esta nueva entrada deseo, como suelo hacer habitualmente, dejar constancia del 28 Encuentro de Campaneros Valencianos, celebrado en la vecina localidad de Muro de Alcoy, un acontecimiento que, año tras año, se ha consolidado como una cita ineludible para todos aquellos que sentimos afición y dedicación por el arte ancestral del toque manual de campanas.

 

 

 

       El pasado 22 de septiembre recibimos la amable invitación de Josep Jordà, miembro de los Campaners del Comtat, para participar junto al resto de grupos y asociaciones de campaneros de la Comunitat Valenciana en este encuentro que, como ya he mencionado, tendría lugar en la acogedora villa de Muro de Alcoy.

 

 

 

        Tras recibir la invitación, la trasladé de inmediato a nuestro grupo de Campaneros de Castalla, quienes, tras unos días de deliberación, me comunicaron con pesar que la mayoría no podría asistir debido a la coincidencia con otros compromisos y actividades programadas para ese mismo día.

 

 

 

       No obstante, y aun siendo consciente de las dificultades, respondí a nuestro compañero Josep explicándole la situación, pero expresándole también mi firme intención de intentar acudir, aunque fuera en representación individual y únicamente durante la jornada matinal. Siempre he creído que los distintos grupos debemos apoyarnos mutuamente, especialmente cuando se trata de localidades vecinas que comparten una misma tradición y pasión.

 

 


 

        Finalmente, y tras varios ajustes de última hora, fuimos cuatro los que logramos cuadrar nuestras agendas para acompañar a nuestros compañeros campaneros en tan significativa jornada. Así, el 28 de octubre, a las 8:30 h de la mañana, emprendimos camino hacia Muro de Alcoy: Mari Carmen, las jóvenes promesas Mila y Guillermo, y yo mismo, con la ilusión propia de quienes saben que van a vivir un día lleno de historia y hermandad.





 

        Programa de actos

09:30 h. – Recepción oficial por parte de las autoridades civiles y religiosas de Muro de Alcoy a todos los grupos participantes. Durante el acto, se entregó un obsequio conmemorativo a cada asociación, símbolo del agradecimiento y reconocimiento hacia su labor de preservación del patrimonio campanero.

10:00 h. – Ciclo de conferencias dedicadas al patrimonio campanero, estructurado en tres apartados de gran interés:

 

 

 

  • “Cómo restaurar un campanario desde dentro de la sala de campanas”, a cargo de Josep Jordà (Campaners del Comtat), quien expuso con rigor los criterios y pautas a seguir para salvaguardar el toque manual de campanas, garantizar su pervivencia y seguridad de los propios campaneros.

     

     


     

     

  • “Nosotros, los campaneros”, una enriquecedora aproximación al patrimonio campanero de la zona especifica del Comtat, presentada por Joan Alepuz, miembro de los Campaners de la Catedral de València.

     

     

     

     

  • “Entre cuerdas y campanas”, en la que los Campaners d’Albaida abordaron el reconocimiento de la UNESCO del toque manual de campanas como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, reflexionando sobre cómo proyectar esta distinción hacia el futuro mediante la implicación activa de todos los grupos.

     

     

     

     

     

12:00 h. – Pausa para el almuerzo. Un momento distendido y entrañable que permitió intercambiar impresiones, anécdotas y experiencias entre compañeros de distintas localidades, algunos viejos conocidos y otros de grupos de reciente creación, en un ambiente de camaradería y respeto por la tradición compartida.

 

 

12:30 h. – Proyección del documental “Manos, cuerdas y bronce”, una emotiva obra que rinde homenaje a quienes, con sus manos, han dado voz y vida a las campanas a lo largo de los años. En el film, campaneros veteranos narran con nostalgia los antiguos toques de sus pueblos, describiendo su significado y forma de ejecución. Resultó fascinante comprobar la riqueza y diversidad de los toques, así como los rasgos propios que compartimos y los diferentes que confieren identidad propia a cada población.


 

        A partir de este momento, y muy a nuestro pesar, tuvimos que ausentarnos por motivos de fuerza mayor, aunque el encuentro continuó con un amplio programa de actividades que incluía:

 

13:30 h. – Puesta en común de las actividades desarrolladas por los distintos grupos durante el último año.

15:00 h. – Comida de hermandad, en la que reinó un ambiente de fraternidad y compañerismo entre los campaneros valencianos.

17:00 h. – Muestra de toques tradicionales de campanas, ofrecida por los diferentes grupos en el campanario y con las campanas de la Iglesia de San Juan Bautista de Muro. La actividad, abierta al público, permitió a los asistentes disfrutar de una auténtica exhibición sonora, acompañada de breves explicaciones sobre la tipología y significado de los toques desde la plaza de la iglesia.


 

       Desde estas líneas, quiero expresar mi más sincera enhorabuena al grupo de "Campaners del Comtat" por la impecable organización de este XXVIII Encuentro de Campaneros Valencianos. Soy plenamente consciente del gran esfuerzo y dedicación que requiere coordinar un evento de tal magnitud, donde convergen tantas asociaciones, voluntades y tradiciones.

 

 


 

 

       También quiero resaltar y agradecer a todas asociaciones y grupos por el esfuerzo de mantener viva esta herencia espiritual y cultural que une nuestras tierras al son del bronce, recordándonos que cada campanario es, en esencia, la voz viva de su pueblo.