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Campana ermita |
En esta nueva publicación queremos recordar una
hermosa tradición que, durante siglos, resonó en nuestra localidad:
el toque diario de campanas a las 15:00 h en el convento, invitando a
unirse en oración a la Virgen María en su devoción de los "Siete
Dolores" en el momento de la muerte de su Hijo, Jesucristo. Este
piadoso acto no solo formaba parte del ritmo cotidiano de la vida
conventual, sino que también reforzaba la espiritualidad de la
comunidad local, sirviendo también como marcación horaria en este
extremo de la población. (Recordar que este segundo convento se construyó en
el campo, a las afueras de la localidad, en la parte opuesta a la parroquia).
Aún hoy, este toque sigue vigente en muchas
localidades. En Castalla, abundan los documentos y escritos que
atestiguan su práctica, confirmando su realización desde la llegada
de los frailes mínimos de San Francisco de Paula, 1586, hasta
1974, año en que el fallecimiento del campanero Pascual Bordera
marcó su interrupción.
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Campana grande del convento |
Lugar del toque Aunque siempre se ha registrado la ejecución de
este toque en el campanario del convento, es razonable suponer que,
en algún momento, también pudo haberse realizado en la ermita de la
Patrona, dada la afinidad entre las advocaciones de la Virgen de la
Soledad y la Virgen de los Dolores. Esta relación es tan estrecha
que, en la iconografía mariana, a menudo resulta difícil
diferenciarlas, salvo por la representación del corazón traspasado
por siete puñales, o una espada, símbolo inequívoco de la Virgen de los Dolores.
Un reflejo palpable de esta afinidad o conexión,
en Castalla, es el camerino de la Patrona, la Virgen de la Soledad,
decorado con frescos alusivos a los Siete Dolores de María. Esta
obra pictórica, realizada en 1755-57 por el artista de Monóvar, Francisco Rico,
refuerza la arraigada devoción de nuestra comunidad hacia la Virgen
de la Soledad en sus Dolores.
Recuperación del toque en 2025 Con el propósito de revitalizar esta antigua
tradición, durante la Cuaresma de 2025 reintroduciremos el toque de
"Nona” o “de los Siete Dolores". Dada la importancia
histórica y espiritual de la Virgen de la Soledad, hemos decidido
que el lugar más apropiado para su realización sea la ermita de la
Patrona en lugar del convento. Este acto tendrá lugar los viernes de
Cuaresma, comenzando el próximo 7 de marzo.
Para quienes deseen acompañar esta oración con
su presencia ante la Imagen de la Virgen de la Soledad, la ermita
permanecerá abierta de 15:45 a 18:30 h. El toque de campanas se
llevará a cabo a las 16:00 h, horario que corresponde a las 15:00 h
en tiempo solar. Además, a las 16:30 h se rezará un Vía Crucis meditado y pausado.
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Camerino de la Virgen de la Soledad |
Estructura del toque El toque en cuestión es sencillo y corto.
Consiste en siete campanadas de la campana pequeña para anunciar el
inicio de la oración, seguidas por una alternancia de campanadas
entre la pequeña y la grande en siete repeticiones. Se deja un
intervalo de tiempo entre cada serie de campanadas para permitir el
rezo de un Ave María, marcando así la meditación sobre cada uno de
los Siete Dolores de la Virgen.
El significado de la oración a las 3 de la tarde La hora de "Nona" es significativa, es la novena hora del día y viene a coincidir a las 15:00 h, siendo ésta la hora en que murió Jesucristo en la Cruz, por lo que es el momento en que la Virgen experimentó su máximo dolor, al ver
morir a su Hijo Crucificado. Esta oración es una manera de
acompañarla en su sufrimiento y unirse al misterio de la redención
de Cristo.
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Para los que tengan interés en saber algo más
referente a esta oración y su relación con la comunidad de frailes
Mínimos, a continuación dejo algo de historia:
Historia y tradición de la Oración de los Siete Dolores
La devoción a los Siete Dolores de la Virgen
María tiene sus raíces en la Edad Media y fue promovida
especialmente por la Orden de los Siervos de María (Servitas),
fundada en el siglo XIII en Florencia, Italia. Su propósito era
honrar los sufrimientos de la Virgen y acompañarla espiritualmente
en su dolor, meditando sobre los momentos más angustiantes de su
vida junto a Jesús.

Orígenes y desarrollo Siglo XIII -
Fundación de los Servitas: Siete nobles florentinos crean la Orden
de los Servitas en 1233 y fomentan la meditación sobre los Dolores
de María.
Siglo XV -
Formalización de la devoción: Se establece el Rosario de los Siete
Dolores, con indulgencias papales.
Siglo XVIII -
Fiesta de Nuestra Señora de los Dolores: En 1714, el Papa Clemente
XI oficializa esta festividad en septiembre, siendo universalizada en
1817 por Pío VII tras su liberación, que atribuyó a la intercesión
de María, la Virgen Dolorosa.
Siglo XX -
Apariciones en Kibeho, Ruanda (1981-1983): La Virgen pide la oración
frecuente del Rosario de los Siete Dolores, llamando a la conversión
y la penitencia.
Práctica y celebracionesHoy en día, esta devoción es común en
comunidades religiosas y laicos, especialmente en:
1º El Viernes de Dolores
(previo al Domingo de Ramos).
2º El 15 de septiembre,
fiesta de Nuestra Señora de los Dolores.
3º Durante la Cuaresma
y Semana Santa.
4º En momentos de sufrimiento
y prueba personal.
Esta oración permite a los fieles unir sus
propios sufrimientos a los de María y Jesús, hallando consuelo y
fortaleza en la fe.
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Virgen de la Soledad de Castalla |
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Virgen de los Dolores de los frailes Mínimos |
Los Frailes Mínimos y la Virgen Dolorosa
La Orden de los Mínimos, fundada por San
Francisco de Paula en el siglo XV, desempeñó un papel fundamental
en la difusión de la devoción a la Virgen Dolorosa, aunque, como he
mencionado, los principales impulsores fueron los Servitas. Esta
comunidad, durante los siglos que permanecieron en nuestra población,
marcaron una profunda huella, dejando un gran legado que, en algunas
de sus facetas, perdura hasta nuestros días.
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Capilla lateral del convento |
Iconografía y Cofradías La presencia de los frailes Mínimos en distintos
lugares ayudó a la difusión de imágenes y cofradías dedicadas a
la Virgen de los Dolores, contribuyendo a su consolidación como una
de las advocaciones marianas más populares en el mundo católico,
así como a la propagación del monacal toque de campanas propio de esta
oración.
Con esta iniciativa, buscamos recuperar una
tradición de siglos, que no solo honra nuestra historia, sino que
también refuerza el vínculo de fe de nuestra comunidad con la
Virgen de la Soledad en sus Dolores.
La
Oración a los
Siete Dolores de la Virgen María
La profecía de Simeón
Madre, cuando
escuchaste que una espada traspasaría tu alma,
aceptaste el
dolor con fe en los designios divinos.
Ayúdanos a confiar en
Dios en los momentos difíciles.
(Se reza un Ave María…...)
La huida a Egipto
Madre, sufriste al
escapar con tu Hijo para protegerlo.
Ruega por los que hoy
sufren la angustia del exilio y la persecución.
(Se reza un Ave María…...)
La pérdida del Niño Jesús en el templo
Madre,
tres días de angustia viviste sin encontrar a tu Hijo.
Intercede
por quienes han perdido la fe y buscan el camino de regreso.
(Se reza un Ave María…...)
El encuentro con Jesús camino al Calvario
Madre,
ver a tu Hijo cargando la cruz fue un dolor indescriptible.
Sostén
a los que sufren por sus seres queridos y dales fortaleza.
(Se reza un Ave María…...)
La crucifixión y muerte de Jesús
Madre,
tu Hijo expiró en la cruz, y tu corazón se rompió con
Él.
Enséñanos a amar y aceptar la voluntad de Dios hasta el
final.
(Se reza un Ave María…...)
La entrega del cuerpo de Jesús en tus brazos
Madre,
sostuviste en tu regazo el cuerpo sin vida de tu Hijo.
Consuela
a los que han perdido a sus seres queridos.
(Se reza un Ave María…...)
El entierro de Jesús
Madre, dejaste a
tu Hijo en la tumba con esperanza en la Resurrección.
Concédenos
la gracia de vivir y morir con fe en la vida eterna.
(Se reza un Ave María……)
Oración:
Oh, Santa Virgen María, Madre de Dios y Madre
nuestra, con profundo amor y reverencia meditamos en tus siete
dolores, los cuales aceptaste con humildad y fortaleza por la
salvación del mundo. Intercede por nosotros y ayúdanos a unir
nuestros sufrimientos a los de Cristo, para que también podamos
participar en su gloria. Amén.