viernes, 9 de septiembre de 2011

MANTENIMIENTO DE LAS CAMPANAS DE LA PARROQUIA 2011








Después de unos días de indecisión, porque unos no podían un día y otros tampoco podían otros días, al final nos decidimos por el pasado día 23 de agosto de este 2011 hacer la anual revisión y tarea de mantenimiento de las campanas de la parroquia.







Este año, el equipo fue un poco diferente al del año anterior, ya que les resultó imposible de acudir a Tomás y a Marcos y en cambio desde primera hora tuvimos la suerte de contar con la ayuda de Víctor “Pagan” y José Miguel “el Chenche”.










Esta vez, no sé por qué motivo, al intentar coincidir con la hora de comienzo parecía que se percibía el estado de vacaciones en el que todos estábamos, había menos ganas de madrugar que el año anterior, a pesar de que éramos conscientes de que este año además tocaba barnizar toda la madera y pintar los herrajes porque a pesar de que en las obras de restauración se habían cubierto con plásticos, estaban repletos de suciedad propias de una obra de esa envergadura.




A las 7.30 h. de la mañana, nos juntamos a la puerta de la iglesia los antes nombrados Víctor y José Miguel, Oscar, José, Kiko, Fran, el cura y yo, ¡¡¡¡Un buen equipo!!!!






Nada más llegar arriba del campanario procedimos, como de costumbre, a montar el andamiaje para comenzar con la campana pequeña. Como éramos un buen grupo de gente seguidamente invertimos la campana “mitjana” y  así nos dividimos en dos equipos para ir apretando y revisando dos campanas al mismo tiempo, mientras Fran se dedicaba a barnizar y pintar.











Como los bronces también estaban muy sucios del cemento utilizado del rejuntado de la piedra, los limpiamos también con agua y un poco de amoniaco, aconsejados por “mujeres expertas en el tema”, aunque ciertamente no resultó demasiado bien, por lo que decidimos dejar para el año siguiente una limpieza más profunda de los bronces con gasolina, por ser este el producto ideal según el consejo de algunos compañeros campaneros.

















Sobre las 9.30 h. de la mañana, ya teníamos la duda de siempre, deberíamos irnos a almorzar o no, y como no podía ser de otra manera el amigo Oscar con su negativa radical: “hay que acabarlas cuanto antes, que el almuerzo no es preciso”; aunque la mayoría no estábamos de acuerdo, accedimos a ello y continuamos con la tarea. Sin llegar casi a percibirlo D. Salvador desapareció, volviendo alrededor de las 10 h. con unas bandejas de empanadillas y unas cervezas, fue una sorpresa muy agradable para todos, especialmente para José que no lo pudo disimular y con quien bromeamos un buen rato.









Tras este pequeño tentempié comenzamos la tarea con la “dejuni” y la segunda, acabándolas alrededor de las 12.45 h. Como vimos que se nos hacía demasiado tarde, nos asaltó la duda de que deberíamos hacer con la grande, si dejarla para la tarde o para la mañana siguiente. Al final decidimos comenzarla en esta misma mañana y terminarla por la tarde, por ello, a las 14.00 h. nos fuimos dejándola boca  arriba y a medias, y volviendo a las 16.00 h. para terminarla alrededor de las 18.30 h.









Con esta campana teníamos dudas de si conseguiríamos apretar los tornillos de la parte superior, y en este caso inferior por estar ya invertida, porque en esta restauración se ha tapado la hendidura que quedaba debajo de la campana, y en la que apenas cabía una persona bastante delgada, generalmente solía ser Marcos quien como he comentado, en este día no pudimos contar con él, pero aunque lo tuvimos un poco más complicado también lo conseguimos realizar con éxito.













Quiero aprovechar para dar las gracias a todas las personas que de una forma altruista han colaborado y colaboran todos los años en estas tareas de mantenimiento, a la vez que quiero invitar a cualquier persona que tuviera voluntad de participar, que las puertas están abiertas para todos, y toda ayuda y colaboración es muy bien recibida.




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