Voy en esta entrada a intentar
explicar de una manera simplificada el porqué hemos llegado a acometer la
intervención que estamos llevando a cabo sobre la campana de la ermita.
Todo empezó hace exactamente 10 años
cuando en el 2002 restauramos las cinco
campanas de la parroquia, (si es posible en este 10º aniversario haré una
entrada referente a ello). Cuando estábamos en plenos tramites, pensamos en la
posibilidad de incluir esta campana en la restauración junto a las otras, pero
después de examinados los presupuestos llegamos a la conclusión de que se nos
excedía, aparte de que llegábamos tarde para solicitar una subvención, por
ellos decidimos dejarlo para el siguiente año. En el 2003 volvimos a intentarlo,
pero como aún debíamos a algunos
empresarios de Castalla (a los que hay que agradecer que dejasen el dinero para
la restauración, ya que sin su ayuda no hubiéramos podido realizarla) pensamos
devolverles todo el dinero que se les debía y después ya acometer la de la ermita. El pasado año,
volvimos a intentarlo pero por culpa de la crisis, ya no había subvenciones
para estos menesteres y como el presupuesto para esta restauración asciende a 7.000€, llegamos a la conclusión de que tal
vez en unos años sería difícil de conseguir.
El pasado año 2011, Francesc LLop i
Bayo (antropólogo y presidente de los campaneros de la Catedral de Valencia,
toda una institución en el mundo campanero) nos mandó un informe en el que resumiendo
para no extenderme, afirmaba: “es una campana de un altísimo valor patrimonial por su antigüedad (siglo
XVI) y decoración gótica, siendo una de las campanas más interesantes de la
comunidad valenciana, teniendo un altísimo peligro de rotura, tanto por su antigüedad
como por su estado de conservación con el yugo metálico, por lo que sería
recomendable que no voltease nunca más hasta ser restaurada”.
En uno de los encuentros de
campaneros, le pedí encarecidamente que no publicara nada referente al alto
valor patrimonial de esta campana ante el miedo de que pudiera ser objeto de
robo, ya que estas piezas tan antiguas parece que se cotizan muy bien en el
mercado negro (no hay más que observar en televisión la oleada existente de
robos de campanas en ermitas)
Ante todo esto nos reunimos un día el
cura párroco D. Salvador, el sacristán de la ermita (o ermitaño de la Virgen) y
yo para ver si encontrábamos alguna solución a este problema y la verdad es que
lo vimos algo complicado:
1º Estábamos de acuerdo de que había
que proteger la campana para que llegase a generaciones venideras en perfecto
estado y pudieran disfrutar de ella como muchas generaciones de antepasados
nuestros.
2º Si patrimonio a proteger es la campana,
también lo es la tradición de varios siglos marcando el ritmo de vida a tantas
generaciones de castelluts con sus toques diarios, por lo que no la podíamos silenciar
(tampoco el pueblo hubiera podido entender el poder ver entrar y salir a su
Patrona con su campana parada, y por supuesto nosotros, los que siempre hemos
intentado que todos los toques se reproduzcan en su debido momento, valga como
ejemplo el de un año en el que un Sábado Santo a las tres de la madrugada se le
rompió el badajo y subimos a quitarlo, lo soldamos y lo volvimos a montar, para
que a las nueve de la mañana, la Patrona saliera con su campana al vuelo)
3º En este momento se está intentando
recaudar fondos para reparar el piso dañado de la iglesia, y como todo sale de
los mismos bolsillos, no se podía en este momento de crisis acumular varias
actuaciones, sino más bien una detrás de otra.
Después de intercambiar impresiones de
todo esto con el técnico de patrimonio Juan Antonio Mira, nos afirmó este que
intentaría él solicitar alguna subvención para esta restauración, pero claro,
todo lo sabemos la crisis es la crisis…, también quiero agradecerle su compromiso,
ya que le pedí igual que a Francesc LLop, evitara pronunciarse sobre el alto valor de esta
campana por la fácil accesibilidad y el consiguiente peligro de robo.
Son muchas las opciones que tanteamos
para intentar buscar la mejor solución para esta campana, incluso llegándonos a
plantear el colocar una de las del convento provisionalmente hasta que esta
pueda ser restaurada. Después de comentarlo con una persona, siempre con
discreción ya sabemos el porqué, este me afirmó que él regalaba una
copia para que la sustituya hasta que esta pueda ser restaurada y volver a su
lugar, sin perderse así durante este espacio de tiempo la tradición de sus toques
diarios.
Por este motivo el pasado 20 de abril
nos reunimos en la ermita D. Salvador, Tomás, Víctor, José Miguel, Juan Carlos
y yo para proceder a su desmonte, después nos la llevamos al taller Leal en el
que trabajo, para retirarle el yugo metálico y a continuación la llevamos a la
cooperativa agraria para pesarla, dándonos un peso de 98 kg. siendo éste en 20
kg. superior al que debería de dar una campana de su dimensión.
El próximo sábado 5 de mayo, víspera
del día de la madre, en la misa de las ocho de la tarde y delante de la imagen de nuestra Patrona la Santisima Virgen de la Soledad Gloriosa, a quien está dedicada, será la bendición de
esta nueva campana, quedando invitados todas las personas que tengan interés de
presenciar un acto tan significativo y de escuchar el que será su primer volteo
tras la bendición (en una próxima entrada lo narraré)
Quiero aprovechar para dar las gracias
a este grupo de personas que siempre que se les solicita están dispuestos a
colaborar siempre de una forma altruista y quiero dejar claro para que no se
preste a confusión lo siguiente: Esta nueva campana es solo de “transición”
hasta que la antigua pueda ser restaurada y volver a su lugar con total
seguridad, con garantías de que no pueda ser robada, buscando después la ubicación
que corresponda para la nueva.
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