El Pasado 16
de marzo nos fuimos a Cantabria Luisita, Fran, Mari Carmen y yo para tener un
encuentro con los fundidores de campanas Hermanos Portilla.
Antes de nada
quiero recordar que estos fundidores de campanas son quienes en el año 1989 nos
fundieron la actual campana mayor y en el
1990, dos para el convento, siendo el motivo de esta visita los tramites que estábamos
realizando para la adquisición de tres campanas nuevas, que en sucesivas
entradas iré desglosando.
En este viaje que
en su raíz de fondo era el encuentro con los campaneros, también quisimos
organizarlo como un viaje lúdico y turístico para visitar Cantabria, por ello
el día 16 de marzo a las 5 de la mañana nos pusimos rumbo a Santander y tras realizar
un par de paradas para descansar en el camino llegamos allí a las 2 del mediodía,
donde tras comer y tomar la habitación del hotel nos dirigimos rápidamente a
Gajano, que dista de Santander unos 15 Km. donde nos estaban esperando Abel y
Marcos Portilla.
Tras las
preceptivas presentaciones nos afirmó Marcos Portilla (que se dedica a los
montajes) que no recordaba apenas nada de Castalla pues habían
transcurrido nada menos que 23 años, en
cambio Abel Portilla (que se dedica a la fundición) nos comentó que recordaba
perfectamente la fundición de nuestra campana mayor, quien pormenorizó muchos y singulares detalles
sobre esta campana de los que algún día realizaré otra entrada.
Estuvieron muy
atentos con nosotros, enseñándonos todo su taller de montajes y fundición,
estuvimos durante un largo espacio de tiempo intercambiando impresiones sobre
el mundo de las campanas, y teniendo Abel Portilla mucho interés en invitarnos
a cenar para seguir la amena conversación que teníamos, y aprovechar para mostrarnos
“el museo de la campana” que tiene en una finca de su propiedad en Vierna, otra
población cercana.
Quedamos para
el siguiente día sábado 17 por la tarde, llegamos alrededor de las cinco, en
ese momento él se encontraba despidiendo otra visita anterior indicándonos que fuéramos
viendo y enseguida vendría a atendernos. Después de ver en un punto concreto
del museo un precioso juego de cuatro campanas, no pude resistir la tentación y
me puse a tocarlas, provocando ello que acudieran la mayoría de los vecinos de
la pequeña población, con mucho interés para visitar también el museo.
Personalmente
lo que más me impactó es el preparativo que tiene para en cuanto le sea posible
fundir una campana de 20.000 kg. lo que equivaldría a ser la más grande de
España, pues la actual mayor es la de Toledo con 17.000 kg.
Ya cuando nos íbamos
a ir, nos presentó a su madre, con quien recordamos que a julio hará 24 años,
ya estuvimos en su casa Fran, Paco el campechano y yo junto con su hijo Abel
para ultimar detalles sobre la campana mayor.
Como disponíamos
de pocos días, el resto del tiempo ya casi contra reloj, lo destinamos a ver
las zonas más emblemáticas de Cantabria, regresando a Castalla el lunes 19,
festividad de San José, y aprovechando la ruta de bajada visitamos Burgos, donde
al llegar a las 12 del mediodía pudimos deleitarnos de un precioso volteo
general de campanas en la catedral.
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