lunes, 18 de junio de 2012

RESTAURACIÓN DE LAS PUERTAS DEL CONVENTO















    

Voy en esta entrada a narrar la restauración que recientemente hemos llevado a cabo sobre las puertas del convento, debido al deterioro sufrido al paso de los años y a la elevación que en los últimos tiempos ha sufrido el parque o glorieta como aquí se denomina, motivando por ello que el convento quede unos 40 cm. más hondo que la parte exterior, con la consiguiente humedad que ello conlleva. Para ponernos un poco en situación voy a dar unos breves datos históricos, aunque ya narré algo de esto en la entrada “HISTORIA DE LAS CAMPANAS DEL CONVENTO”.







El día 19 de Noviembre de 1758 a las 4 de la tarde tuvo lugar la procesión del Santísimo Sacramento del convento viejo (situado en “els ameraors”) al nuevo y actual, haciendo su entrada en la población por la calle Portal de Onil, calle Mayor etc., disparándose mosquetes y arcabuces hasta su entrada en el convento, donde se canto un solemne Te Deu y se celebro la primera Misa, quedándose el Santísimo en una capilla provisional porque la iglesia del convento no estaba terminada.







En un principio estaba previsto que la iglesia fuese mayor, creo que hasta alinear con el convento, o sea, hasta la misma calle, pero viendo los escasos fondos que disponían, decidieron reducirle el tamaño, y de no ser por el vecino de Castalla Diego Bardalonga que dio en limosnas 18.000 libras para esta construcción y costeó el altar mayor, no se hubiera podido terminar, cosa que sucedió en 1810.












Entre los años 1789-1794 el cura párroco de Castalla D. José Ruiz, natural de Quart de Poblet, regalo estas puertas que hoy nos ocupan a la comunidad de los Mínimos, reflejo de la buena y fraterna relación existente entre la Parroquia y esta comunidad.

 


     











A estas puertas ya se les hizo una reparación en su parte inferior, pudiéndose observar en los grabados que la chapa de zinc tiene colocada como protección de la madera y de que repente desaparecen y queda lisa, no habiéndose guardado documentación sobre ello.(La imagen de la puerta de la izquierda es San Sebastian, titular de esta iglesia del convento y la de la derecha es San Francisco de Paula, fundador de la orden de los Mínimos).







Desde hace unos meses el actual cura párroco D. Salvador Valls se encontraba preocupado al observar el ascendente deterioro que las puertas sufrían con el consiguiente peligro que ello conlleva, por ello gestionó y tramitó la restauración de las mismas, intentando buscar para ello incluso algún  apoyo económico.











El miercoles 30 de mayo a las 8 de la mañana nos presentamos en el convento con el camión-pluma mi compañero Ismael “El Bicho”  y yo, esperándonos allí Víctor “el sacristán del convento”, su padre “albañil” y Enrique “carpintero” para proceder a su desmonte y restauración.












Una vez desmontadas las llevamos a la carpintería de Enrique para que le sanease todo el deterioro que la madera tenia (una de ellas se encontraba en pésimo estado pues el eje que servía como apoyo para la puerta en el suelo había desaparecido debido a la podredumbre y descomposición de la madera, llegando a quedar prácticamente en el aire con el consiguiente peligro de caída) por su parte el padre de Víctor aprovecho para rejuntar los sillares que desde la caída del campanario y parte del convento habían quedado con las juntas muy abiertas.














Durante el siguiente día 31 de mayo, Enrique se dedicó a sanear toda la madera deteriorada y unir las partes abiertas. El viernes 1 de junio a las 8 de la mañana me presenté en la carpintería de Enrique para reforzar las puertas interiormente con unas escuadras de hierro y le atornillamos en la parte inferior unas bisagras de rodamiento coaxial para las que el albañil ya les había colocado una placa de hierro con sus respectivas garras en el suelo.










A las 10.30 h. de la mañana ya teníamos las puertas terminadas y listas para su colocación, eso sí a falta de las chapas de zinc para la parte exterior-inferior que no llegaron a tiempo y que próximamente colocaremos. A continuación nos dirigimos al convento, siendo el gruista  mi compañero Antonio Durá y sobre las 12.30 h. ya las teníamos nuevamente colocadas en su lugar, a falta de un pequeño detalle de soldadura en la falleba que le concluí el martes 5 de junio.

















Ese martes 5 mientras estaba concluyendo los pequeños detalles que le faltaban, estaban algunos niños como suele ser habitual, utilizando esta puerta como portería de fútbol  y tengo que decir que quedé impresionado del mimbreo que producía en la puerta los tremendos balonazos que recibía, queriendo desde aquí y a título personal,  hacer un llamamiento a las personas que tenga autoridad para ello, para que se les instale a los niños unas porterías donde puedan seguir jugando sin causar deterioro al patrimonio, ya que unas puertas de unos 230-240 años de antigüedad (probablemente unas de las más antiguas de Castalla) deberían de ser un bien a proteger para preservarlas en el tiempo en buen estado.















También al marcharnos pudimos ver como se utiliza la portalada de piedra antigua de acceso al convento de Mínimos de 1770 para la misma finalidad, desapareciendo en estos últimos años,  por ello rápidamente parte de los grabados existentes en la piedra, y cuál será la fuerza de los balonazos que hasta los barrotes de la puerta de hierro macizo de 16 mm.  (como cualquiera puede observar), llegan incluso a caerse.  En mi opinión en cualquier otra población esta portalada se hubiera instalado en algún sitio preferente como un monumento que propiamente es, mientras que en Castalla es utilizada como portería de fútbol…..











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