El pasado
miércoles 14 de noviembre sobre las 9 de la mañana recibí un mensaje del cura
párroco D. Salvador Valls, indicándome realizara las señales a difuntos de
sacerdote, pues el amigo Toni Esteve había partido hacia la casa del Padre;
ciertamente me quedé de piedra pues no me esperaba este desenlace, a pesar de
que todos éramos conscientes de que desde hacía unos años estaba atravesando y luchando contra una dura enfermedad. (Tenía 60 años de edad).
Algunas
personas al oír el toque de campanas me llamaron para preguntarme quien era el
difunto pues les había parecido que el toque era el de sacerdote, a lo que
quedé sorprendido pues pensaba que la mayoría de la gente no lo reconocería por haberse tocado en muy escasas ocasiones.
En las últimas décadas solo se ha utilizado en dos ocasiones más, la primera
fue en 1985 cuando falleció D. Toribio Sellés, después de 43 años de párroco de
Castalla, y la segunda en 1999 cuando falleció D. Luis Rico Cerdá (petit),
natural de aquí de Castalla.
Lo que es el
toque en sí es siempre el mismo, el
denominado de segunda, ejecutando las campanas la misma melodía, cambia en que
al principio y al final del toque, todas las campanas al unísono ejecutan los denominados “driancs” y en
función al número de campanadas se hace esa distinción, siendo de la siguiente
manera en cuanto a la numeración:
4 driancs =
Mujer
6 driancs =
Hombre
9 driancs =
Sacerdote
12 driancs =
Obispo
16 driancs =
Papa
Al ser natural
de Castalla se realizó en esta parroquia un responso a las 12 del mediodía del
día 15, antes de darle sepultura, realizándose la Misa funeral a las 10 de la
mañana en la parroquia de Ibi de la que era el párroco, quedándose ambas
pequeñas para albergar la multitud de amigos y conocidos que acudieron para
pedir por el eterno descanso de su alma y despedirle. La ceremonia fue oficiada
por el obispo de la diócesis, D. Jesús Murgui, siendo en más de cien sus compañeros concelebrantes.
Si me hubiese
referido a cualquier otro sacerdote hubiese encabezado el título de esta
entrada como “campanadas a difuntos por D. Antonio Esteve”, pero como todos los
que lo conocíamos, sabíamos que desde la sencillez que había caracterizado toda su
vida, esto no era de su agrado, prefiriendo que lo llamáramos como Toni Esteve,
Toni “Cotoño”, o Toni “Carmela” forma en que todos sus paisanos lo conocíamos por
los apodos referentes a su familia por parte de padre y de madre.
A
pesar de haber vivido muchos años fuera de Castalla, nunca se desentendió de
este su pueblo natal, más bien lo contrario, considerándose como un “CASTELLUT”
más. Siempre que tenía ocasión acudía, participaba y estaba integrado en muchos
ámbitos de la vida social castelluda como comparsas festeras, peñas futbolísticas
etc…
Es muy difícil
en cuatro líneas hacer un resumen sobre la vida de un sacerdote tan dinámico y
singular como él lo fue, (todo un ejemplo de sencillez y vida entregada), lo que sí quiero resaltar es que prácticamente todo su
sacerdocio lo centró en trabajar volcándose a ayudar en los sectores más
marginales de la sociedad, siendo hasta el final de sus días Delegado Episcopal
de Caritas en esta diócesis de Orihuela- Alicante, habiendo trabajado años atrás
también en la de Valencia. Ha sido Cura de Burjassot, Paterna y Benilloba. En la actualidad era el párroco de la Transfiguración
del Señor de Ibi, y desde hace muchos años colaborador en la revista diocesana “Nodi”,
de donde extraigo su último escrito del pasado fin de semana.
Muchísimas
son las cosas que podría narrar sobre él, pero tal vez tampoco sea este el lugar,
por ello sólo me queda invitar a quien lea esta entrada en el blog a ofrecer
una oración por el eterno descanso de su alma y recordar que el próximo día 27
de noviembre a las 7.30 h. de la tarde se oficiará una Misa funeral en la
parroquia de Castalla.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario