domingo, 18 de agosto de 2013

EL CUADRO DE SAN JUAN BAUTISTA DE LA FINCA “L’ALFAS”



                    




         Desde ayer 17 de agosto, la Ermita de la Preciosísima Sangre alberga en su interior una nueva obra de arte (aunque no es nueva, pues se pinto en los años 40) expuesta para veneración al culto público. Voy en esta entrada a centrarme en narrar algo sobre la historia de este cuadro y de su Ermita.






         En el término municipal de Castalla hay diversas ermitas situadas en algunas fincas o pequeños caseríos, a las que en la antigüedad solían acudir los vicarios parroquiales para celebrar los sacramentos, pues era más sencillo que se desplazara un sacerdote a estas ermitas que las diversas familias que allí solían vivir acudiesen a la Parroquia. Una de estas fincas o caserío está situado en la carretera de Castalla a Tibi a unos cuatro o cinco kilómetros y en ella hay una pequeña ermita dedicada a San Juan Bautista.






        Esta ermita se construyó en el año 1733, se consagró y se dedicó a San Juan Bautista, fue restaurada y ampliada en 1933. Además de las personas que habitaban el caserío y fincas colindantes, eran muchas las del pueblo las que solían acudir a la celebración de la Santa Misa sobre todo en el día de su titular, la festividad de San Juan Bautista, quedándose pequeña incluso después de su ampliación.





         En el año 1936 fue destruido el lienzo que presidia el altar de esta ermita, (que es lógico el suponer que dataría de 1733) y los enseres propios para las celebraciones. A principios de la década de los 40 se encargo el nuevo lienzo a un pintor de Valencia. Este nuevo lienzo fue sufragado por suscripción popular, pues como he comentado además de los habitantes del pequeño caserío eran muchos los fieles de Castalla que sentían especial devoción hacia San Juan Bautista.

 



        El paso de los años unido al abandono de las viviendas colindantes ha ido deteriorando el estado de esta ermita, intentando por ello el Párroco D. Toribio Sellés en los años 60 su restauración procurando evitar su desaparición, y desistiendo al final por la escasez de fondos.








        En la segunda mitad de los años 80 fue robada la campana que presidia la espadaña en la fachada principal, comenzando a partir de aquí el verdadero declive de esta ermita (aún recuerdo de niño cuando yo mismo participara en esta fiesta, la gran cantidad de volteos que realizábamos con ella, relevándonos casi todos los presentes niños y mayores). Unos años después también  fue robada una pila para el agua bendita labrada en piedra, y decidiendo a partir de este momento las dos familias propietarias de esta ermita (Emilio Pascua y Juan Mira) retirar el lienzo que la presidia y volverlo  a su lugar solo el día que se celebraba la fiesta, el 24 de junio, hasta 1994-95 en donde se dejo de celebrar. (Es curioso como en la actualidad, con el peligro de derrumbe y sin ningún tipo de representación ni iconografía religiosa siga habiendo personas que se desplazan a esta ermita para encender velas)







       Desde esos años y hasta esta fecha el cuadro se ha encontrado guardado por parte de la familia intentando buscar la mejor solución para él, pensando por ello que una buena ubicación sería en la ermita de la Preciosísima Sangre, en la segunda capilla entrando por la derecha, que es precisamente la contrapuesta a la que está la imagen de San Juan Evangelista.



 



        Estando de acuerdo todas las partes en que ésta sería la mejor solución; por parte de la parroquia el Párroco D. Salvador Valls, las familias antes mencionadas propietarias de la ermita y descendientes de los nombrados en la suscripción popular que lo sufragó, se entregó a la parroquia en el  mes de agosto de este 2013, poniéndonos por ello en marcha nosotros para proceder a su colocación. 





         El sábado 17 a las cinco de la tarde nos reunimos en la parroquia Víctor, Fran y yo para subirlo a la ermita y colocarlo, pero viendo la gran cantidad de polvo y suciedad que tenía acumulado, antes de meterlo en la Ermita, pensamos en limpiarlo  con un paño seco para no deteriorar más el lienzo, también le dimos una pasada de nogalina al marco de madera por la sequedad que presentaba.


 



      Como se puede comprobar el cuadro ha quedado “como anillo al dedo” en su nueva ubicación, quedando así expuesto para veneración pública de todos los castelluts, aunque eso sí, se puede comprobar que el lienzo necesita una buena restauración pues es un gran deterioro el que manifiesta en sus oleos, (pero bueno con paciencia todo llegará….)

 




      Quiero dar las gracias a María de la Soledad Gisbert (conocida por todos como Mari Sol la de la droguería) porque siendo ella una de las propietarias del lienzo, ha sido la persona que más se ha esforzado y trabajado para llevarlo a este buen fin y también quiero agradecerle la dedicación prestada para contarme la historia de esta ermita y de su titular San Juan Bautista, siendo muchas las anécdotas y detalles contados por ella que no voy a mencionar por no extenderme demasiado. 












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