sábado, 8 de marzo de 2014

PINCELADAS HISTORICAS SOBRE EL SANTISIMO CRISTO DEL CONSUELO



            
 




             El pasado martes 4 de marzo, después de concluir la Reserva del Santísimo Sacramento al finalizar el triduo de “Las Cuarenta Horas” procedimos, según la tradición, a colocar en el altar mayor de la iglesia –en este caso del Convento- la imagen del Santísimo Cristo del Consuelo para que presida todas las celebraciones durante el tiempo de cuaresma, y se me ocurrió que podía resultar interesante el recopilar toda la información referente a esta advocación tan querida por los castallenses,  uniéndola en un único artículo, y como no, en una entrada en este blog.



 



                     Desconocemos el origen de la primitiva talla de esta imagen de Jesucristo clavado en la cruz, lo que sí hay constancia es que se encontraba ubicado en una capilla lateral de la actual ermita de la Preciosísima Sangre, por lo que es deducible que no sería de las dimensiones del actual, por el reducido tamaño que estas capillas tienen. Esta imagen primitiva era propiedad de la cofradía de la Preciosísima Sangre, quien la vendió, siendo comprada a esta cofradía por la familia Esteve. Los nombres de los componentes de esta familia que realizaron la compra fueron: José y Onofre Esteve Cerda; Lorenzo Esteve Pérez, Gabriel Esteve Rico y Gabriel Esteve Rodríguez de Arnedo por el precio de 100 libras, según escritura que otorgaron el día 9 de abril de 1589 ante el notario Gaspar Rico. Curiosamente a partir de este momento a la imagen comenzó a llamársele por todos los habitantes de Castalla como el “Santísimo Cristo de los Esteves”, cuya denominación subsistió hasta el año 1854 en que el prelado de la diócesis de Valencia D. Mariano Barrio y Fernández le concedió la advocación de “Santísimo Cristo del Consuelo”.


 



              La capilla en la que se coloco la imagen no es la actual, si no que fue en la cuarta entrando a mano derecha (que en la actualidad está dedicada a San José). En esta capilla también fue costeado por la familia Esteve el altar y  retablo, en cuyo remate estaba grabado el escudo de armas de la familia  y que consistía en dos estevas de arado cruzadas. En el mismo año que se le concedió la advocación del consuelo, 1854, D. Tomás Rico y Juan perteneciente a la familia de los Esteve, restauro la capilla, altar e imagen del Cristo cumpliendo una promesa que había ofrecido por el restablecimiento de su esposa Doña Teresa Semper Jordá, víctima de una grave enfermedad, también costeo una corona de plata para la imagen del Cristo valorada en 150 pts. las obras de restauración las realizo D. José Reig, de Onil, por la suma de 750 pts. Terminadas las obras solicito D. Tomás Rico al prelado de la diócesis que concediese que el Cristo llamado de los “Esteves” se llamase de la” Salud”, por habérsela concedido a su esposa. El prelado D. Mariano Barrio, contestó a su petición concediendo a la imagen la advocación de “Santísimo Cristo del Consuelo” por creer que era más indicado y abarcaba más que el de la Salud. Tanto el altar como la imagen permanecieron en esta ubicación hasta el año 1936 en que fue destruido.



 


             Durante este mismo año en que fue destruido encarcelaron al escultor nacido en Onil Pascual Sempere Sanchís, quien según  él mismo me narro en el año 1978, vio peligrar su propia vida, realizando la promesa que si salía vivo de ese trance regalaría a la parroquia a la que perteneciera una imagen de “Cristo crucificado”. Este gran maestro de la escultura nació en Onil el 6 de febrero de 1901, y se caso con Virginia Guill Mira en 1940 en Castalla, motivo por el cual al culminar su obra y realizar su promesa la imagen del Santo Cristo la regalo a la parroquia de Castalla por ser el lugar de su domicilio familiar y empadronamiento, falleciendo el 17 de abril de 1980.




 





               Una vez acabada la guerra civil este escultor tuvo una grandísima actividad porque las iglesias habían quedado vacías de imágenes y al menos las de mayor fervor popular había que reponerlas en el menor breve espacio de tiempo posible, pues alrededor de muchas de las cuales estaban envueltas las fiestas patronales. Entre sus muchísimas obras existentes en toda la çcomunidad valeniciana e incluso fuera de ella, aquí en Castalla cabe resaltar la de la titular de la parroquia, la Asunción de Nuestra Señora, La Purísima, la Virgen del Rosario, San Francisco de Paula, Santa Rita, el Cristo crucificado de la ermita, el boceto de San José y como no la del Cristo al que nos referimos. Esta talla la concluyó al principios de los años 50, tomando como modelos para la misma a Bautista y Antonio Domenech “Caolla”, queriendo plasmar sobre la misma todo el dolor y sufrimiento que en su cautiverio había acumulado. Tras su conclusión todos convinieron, párroco, escultor y autoridades en que la imagen debería recoger la misma advocación que al que le precedía. Para bendecir la imagen vino desde Valencia el obispo auxiliar D. Jacinto Argaya, realizándose en la propia casa del escultor, que está situada en la calle Ancha y frente a la calle Ramón y Cajal.


 

                  Una vez bendecida fue trasladada en solemne procesión hasta la parroquia, pero como en un principio no estaba previsto que la imagen tuviera que ser procesionada, no se le  realizaron andas, por lo que fue llevada a hombros en posición horzontal por los entonces seminaristas de Castalla, presidiendo la procesión el mencionado obispo auxiliar. Como la capilla en la que se encontraba su antecesor ya había otra imagen, pues fue dedicada a San José, se pensó en colocarla en la segunda capilla entrando por la derecha, pero como en el frontal también había ubicado un confesionario se pensó en colocarla en el lateral izquierdo, para que al acceder a la parroquia siempre quedara visible. Se coloco sobre una tela roja de damasco y un remarco de madera en forma de cruz, permaneciendo así hasta la restauración de 1986 en que se creyó más conveniente colocarlo en el centro de la capilla y sin la mencionada tela ni remarco para que nada pudiera eclipsar la belleza de la talla. Desde que se coloco y hasta nuestros días, puede decirse que esta imagen goza de una profunda devoción entre los habitantes de Castalla, siendo varias ya las generaciones que han acudido a su presencia  en sus oraciones, exponiéndole sus peticiones y sobre todo buscando consuelo en sus aflicciones. (Quiero resaltar que este gran escultor y mejor persona era un gran apasionado de las campanas, hasta el punto de que cuando nuestra anterior campana mayor se encontraba rota  en la fundición de Salvador Manclús, se marcho allí para saber del proceso, contándome él mismo lo gratificante que le resulto verla allí e intercambiar impresiones con el propietario de la fundición Salvador Manclús)



 



 



              En 1980, año en el que falleció el escultor, tres jóvenes de la parroquia, Francisco Seva, Francisco José Vicent  y yo mismo, conversando en una reunión informal convenimos que una imagen de esta belleza era una auténtica pena que no saliera nunca en procesión, por lo que pensábamos que podría resultar interesante incluirla en la procesión del Santo entierro, pues sería mucho más complicado el hacer otro acto o procesión nueva.  Seguidamente procedimos a dar el primer paso para conseguir nuestra finalidad y este era la autorización por parte del párroco D. Toribio Sellés. Siendo los tres conocedores de la gran amistad que tenía con él, convenimos que la persona apropiada para exponerlo y solicitarlo era yo. Después de exponerle la propuesta, D. Toribio me afirmo lo siguiente: 1º Que le parecía bien la idea de sacar una imagen tan bonita en procesión, 2º Que no consideraba apropiado que fuese en la procesión del Santo Entierro, pues en ella ya sale el Cristo yacente en el sepulcro, 3º Que veía complicado que ello lo pudiéramos realizar porque la imagen no tiene andas procesionales. Después de una larga conversación y resumiendo le expuse que aunque el tenia razón, veíamos más conveniente el que saliera ya en una procesión bien formada que el crear otra nueva y que lo de las andas no era problema porque estaban sin uso las andas que entró en 1939 la patrona en Castalla y que ya fueron adaptadas para enclavar a esta imagen del Cristo en una misión parroquial y accediendo seguidamente el párroco a la autorización.



 




 



                Rápidamente fueron muchos los jóvenes a los que gustó esta idea, especialmente al grupo “Amunt” de la parroquia, quienes con mucha ilusión comenzamos todos los trabajos para que el viernes santo de 1981 saliera por primera vez en procesión. Quiero resaltar la gran aceptación que tuvo esta idea por toda la población de Castalla hasta el punto que rápidamente se comenzó a gestar la idea de formalizar su cofradía con estatutos propios, lo que culminó el 3 de julio de 1983, en el que se fundó la mencionada cofradía del Santísimo Cristo del Consuelo.




 



 



              Entre la multitud de proyectos que la nueva cofradía pretende realizar hay uno que cada vez coge más fuerza, se trata de recuperar los capuchinos “capuchets”  que a primeros de siglo XX acompañaban esta procesión portando estandartes con motivos de la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo, y que nuestros mayores aún recordaban con nostalgia. En los siguientes años se va complementando la estructura de la cofradía, en 1987 se confeccionan nuevos trajes de verdugo para los portadores. En 1988 se realizaron unos preciosos trajes de niños penitentes y siendo estos portadores de los símbolos de la crucifixión realizándose también un nuevo estandarte. En 1989 se complementan  varios trajes más de capuchinos para formar pasillo alrededor de la imagen con ciriales.



 


             Durante apenas dos décadas se encontró esta cofradía operativa pues pronto comenzó su declive a consecuencia de que la mayoría de jóvenes portadores, en cuanto se hacían mayores, se inscribían en la cofradía por excelencia aquí en Castalla que es la de la Preciosísima Sangre, para así poder llevar en esta misma procesión al Cristo yacente “el Vellet de la Sang” y sobre todo a la patrona “ la Virgen de la Soledad”, lo que ocasionó sobre todo en la segunda mitad de los noventa la carencia de portadores. Como la cofradía de la Preciosísima Sangre se encuentra sobrante de cuadrillas, el clavario D. Idelfonso Verdú, pensó que al igual que en esta procesión saca las otras tres imágenes, también podría hacerse cargo de ésta, para ello citó al párroco D. Antonio Pérez a una reunión en la casa dels “majordoms” donde le propuso hacerse cargo de todo pero que tenía que cederle la propiedad de la imagen, así como de las andas y todos los enseres.


 


              La primera parte al párroco le pareció bien, pero en la segunda afirmó este que sería faltar a la voluntad del escultor y donante de la imagen, aparte de que la parroquia no puede regalar las imágenes de culto público a cofradías particulares, por lo que no se llegó a ningún acuerdo. Al año siguiente y con el nuevo cura Manolo de Maya se reanudan las conversaciones, pero esta vez sin exponer ya petición de la cesión de la imagen, llegando en esta ocasión a un acuerdo. Se redactó  un documento, en el que se expone que la imagen y sus preparativos corresponden a la parroquia y a los miembros de la antigua cofradía y que la de la Preciosísima Sangre se encargara de sus procesiones.




 




 



             Desde el año 1986 la imagen del Cristo del Consuelo preside el altar mayor de la parroquia durante todo el tiempo de cuaresma, se coloca tras el baldaquín y sobre un fondo de tela morada, color litúrgico propio de este tiempo, exceptuando 1986 y este 2014, en que por obras de la parroquia preside el altar mayor del convento. En mi modesta opinión creo que aún queda más bonito en el Convento que en la parroquia, pues al no estar el baldaquín  queda a una altura muy superior y como suspendido en el aire, además por el conjunto de colores de la nueva decoración efectuada sobre el retablo de esta iglesia por el actual párroco D. Salvador Valls. A consecuencia de la carcoma en las andas reutilizadas de la patrona el pasado año 2013 pensamos que sería conveniente hacer algo sencillo y en hierro forjado, para así intentar evitar el peligro existente. También se pensó en colocarlo algo inclinado pues cuando va erguido tiene el peso muy alto, conllevando un gran problema para los portadores. Para la realización de estas andas pude contar con la inestimable colaboración de Ismael Rico, ya que sin éste no las hubiera podido concluir a tiempo.


 



             El próximo sábado 12 de abril por la noche se realizara, Dios mediante y si el tiempo no lo impide, un solemne Viacrucis desde el convento hasta la ermita con esta imagen del Santísimo Cristo del Consuelo, para así poderlo dejar allí ubicado para la proxima procesión del viernes santo.




 




 




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