Y lógicamente,
como no podía ser de otra manera, después de la bendición viene la colocación,
para que la nueva campana comience a desempeñar todas sus funciones.
Como a veces
resulta complicado encontrar una fecha en la que todos estemos libres para
efectuar las tareas, al final optamos por el martes 8 de mayo, que aunque no
todos, pero la mayoría sí podíamos.
Este día a las
6 de la tarde subieron Tomás, José Miguel y Juan Carlos para comenzar el
montaje del mecanismo elevador. La campana la teníamos guardada en la ermita y
lista para su colocación, por ello a las 7 de la tarde cuando llegue yo, tras
finalizar mi jornada laboral procedimos a su subida y montaje, acudiendo Víctor
también sobre las 8 para echarnos un cable.
La subida y
colocación fue rápida y sin ningún tipo de problema, alrededor de las 8.30 h. le realizamos ya su
primer volteo, colocada en su sitio y eléctricamente, eso sí con el badajo
colocado provisionalmente (sin el cable de seguridad) faltándonos también
ajustar el martillo de repique y algunos detalles de pintura en los accesorios,
que para evitar que se nos hiciera muy tarde, lo aplazamos para el viernes.
Nada más oírla
nos llevamos una grata sorpresa porque pudimos comprobar que la nueva campana
tenía mayor sonoridad y timbre que la anterior (incluso nos llamo Oscar para
afirmarnos que la estaba oyendo desde Onil) Le realizamos varios volteos hasta
las 9 h. para intentar percibir nosotros cuales eran las diferencias de su
sonido.
Como es
nuestra costumbre nos fuimos a continuación para celebrar el éxito de la tarea,
donde algunas personas se acercaron para decirnos que la habían oído y que tenía una sonoridad preciosa, oyéndose con
mucha claridad desde distintos puntos de la población.
El viernes a
las 4 h. de la tarde subimos Fran, Víctor y yo y concluimos los pequeños
detalles que le faltaban, realizándose ya desde esa tarde todos los toques como
es costumbre y tradición.
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