Tal como estaba previsto, este martes 8 de marzo llegó a Castalla la cruz de los jóvenes y el icono de la Virgen. Los volteos para su recibimiento fueron los previstos y anunciados en el artículo anterior con la excepción de que esta se retrasó en su llegada tres cuartos de hora, por lo que tuve que prolongar los volteos hasta su llegada. Los volteos que realicé fueron los típicos procesionales, alternando las campanas pequeñas y realizando volteo general a su llegada en el furgón y entrada al convento.
Esa tarde estuvo muy cargada de acontecimientos, a las 7.30 h. fue el trisagio y reserva solemne del Santísimo en la parroquia, donde como ya narré tuve que suplir los volteos por repiques de imitación, tras finalizar sobre las 8.15 h. nos fuimos todos juntos al convento para recibir la cruz, la sorpresa fue muy grande porque al llegar allí, ya estaba el parque (glorieta) lleno de gente, pero fue mayor sorpresa todavía que al entrar en el convento ya se encontraba este también abarrotado. (Es curioso que en este tiempo en que vivimos inmersos en tantas crisis, incluso de fe, como ésta cruz puede movilizar tan gran cantidad de personas).
Como el acto que se iba a realizar era un viacrucis no tenía previsto realizar más volteos de campanas, pero fueron varias las personas que se acercaron a mí para pedirme que voltease como si de una procesión se tratara, así lo hice hasta que la cruz y el icono salieron a la puerta, donde comenzó el viacrucis. (Es gratificante y alagador que haya tanta gente desando oírlas)
Este viacrucis fue realizado por todos los grupos de la parroquia, encargándose cada uno de ellos de una estación, durante el trayecto la cruz y el icono eran llevados por toda la gente que tuvo voluntad de hacerlo, principalmente jóvenes.Fueron muchas las manos que se agarraron a ella, aunque solo fuera para tocarla o llevarla un corto espacio. (También se repartieron como recordatorio mil pequeñas cruces bendecidas en el mismo acentecimiento, 250 pañoletas, aunque la mayoría nos quedamos sin nada y al finalizar el acto en la ermita se repartieron unas estampas como las que encabezan este artículo)
A la llegada y entrada en la ermita, lógicamente la campana no la voltee, pues la multitud entraba en silencio y oración.
Ya dentro de la ermita y ante la imagen de la patrona la virgen de la Soledad nos dirigió la palabra el vicario episcopal y anterior párroco de Castalla D. José Abellán así como el actual D. Salvador Valls y un seminarista, a continuación el grupo de confirmación realizó una reflexión.
Ya para la salida y despedida de la cruz y del icono, si que fue con la campana de la ermita al vuelo como colofón final.
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