miércoles, 30 de abril de 2014

25 AÑOS ENTRE NOSOTROS







                                  

           Este próximo sábado 3 de mayo es una fecha memorable para nuestras campanas, por ser el día en que se fundió nuestra actual campana mayor. 25 años son realmente pocos para lo que se puede considerar es la vida de una campana, ya que tenemos algunas de más de 200 e incluso de más de 400 años, pero aun no siendo muchos  hemos pensado que no debería pasar esta fecha inadvertida, ya que podríamos afirmar que son sus bodas de plata, por ello hemos creído conveniente juntarnos al mediodía y realizarle algunos toques y volteos manuales, para así enmarcar tal conmemoración a la vez que resaltar que es el día de la Santa Cruz.




             Quiero aprovechar esta entrada para narrar su historia, como y el porqué se hizo, aunque ya está narrado en el apartado de historia de las campanas, también quiero añadir una parte no menos importante de la que tuvimos conocimiento en la visita que realizamos en el 2012 al fundidor de Santander.





         Con motivo de la adquisición de las tres últimas campanas visitamos esta fundición, como ya narré en la entrada “Visita a los hermanos Portilla”,  y tras una larga conversación e intercambio de impresiones nos afirmó Abel Portilla (fundidor) que entre la gran cantidad de campanas fundidas a lo largo de su vida recordaba perfectamente ésta, pues nos afirmo que para él tenía una historia muy singular, siendo ésta la siguiente: 





          Primeramente la fundió en la fundición de sus tíos, lugar en el que él trabajaba, y que al ser una campana de un tamaño muy considerable era algo complicada y que tuvo un pequeño error, reventándole el molde dentro del foso en el momento de la fundición y estropeándosele la campana. Seguidamente y como ya llevaban idea de independizarse tanto él como su hermano Marcos, decidieron ya realizarla en su nueva y actual fundición, pero como no tenían tiempo para construir la nave, porque tenían que servirnos la campana antes del verano, pensaron realizar esta fundición a la intemperie, cubriendo el foso  con varias chapas de de metal por si llovía, pues la humedad le era perjudicial. También nos afirmó que en las primeras noches dormía en un saco de dormir junto a ella, antes de extraerla del foso y romperle el molde, indicándonos también que una vez roto este, quedó muy satisfecho de la obra realizada, ya que había obtenido una campana de una muy bonita estética y preciosa sonoridad.

         A continuación reflejo la historia ya publicada:






 




             Se fundió en 1989 para sustituir a "la mediana" por encontrarse rajada y en esas fechas sin posibilidad de soldadura ni otra solución. Por este motivo conservó el nombre del anterior y inscripción dice:


"MARIA DE LA ASUNCION ME LLAMO, ME FUNDIERON EL 3 DE MAYO DE 1989 EN SUSTITUCION DE LA ANTERIOR QUE SE FUNDIO EN 1739 Y  SE REFUNDIO EN 1830. SIENDO CURA DE LA PARROQUIA DE ESTA CIUDAD DE CASTALLA D. LUIS CERDA. A EXPENSAS DE LA COMUNIDAD ". 

          Para la fundición de esta campana, intentaremos por todos los medios buscar la mejor solución posible y satisfacer la añoranza existente en el pueblo por la falta de la tonalidad grave que faltaba en el campanario, después de la refundición de la campana "San Roc ". Para ello busqué un grupo de personas que tuvieran ilusión e interés para llevar a buen término esta obra. Más tarde, este grupo de personas presidido por el cura D. Luis Cerdá formaría la "comisión de la campana" y fueron las siguientes: 



















Emilio Bernabeu 

Antonio Berbegal 

Francisco Antón
Idelfonso Verdú 

Rubén Palacios 

Francisco José Rico 

Juan Carlos Candela 




          Tras preguntar opiniones a todo el pueblo de la solución que debía darse al arreglo de la campana rota, la inmensa mayoría se inclinó por esta opción de hacer una nueva más grande, buscando como he mencionado ese tono más grave y guardar la antigua..







         El siguiente paso que dimos fue pedir presupuesto a varias fábricas de campanas para ver cuál de ellas nos convencía más. Tras tantear en diversas reuniones nos decidimos en encomendarselo a la empresa de Santander Hnos. Portilla por los siguientes motivos: 



























   1 Era una empresa de varias generaciones de campaneros y nos aseguraba que las fundían como desde antiguo se había hecho, de una forma artesanal.

   2 Con la mismo aleación, esto es, 80% de cobre y 20% de estaño que otras empresas ofrecían, el kilo de bronce ya fundido resultaba más económico y la inscripción era gratuita, lo que en otros no. 





             Queriéndonos asegurar de la calidad del sonido creímos conveniente durante el mes de julio de 1988, desplazarnos Francisco José Rico "Pallisa", Francisco Berbegal "el campechano" y yo, para hablar personalmente y mostrar un vídeo ilustrativo de nuestras campanas a los fundidores y aprovechar para escuchar algunas de sus campanas. Fue un acierto porque cuando llegamos a Santander tenían tres campanas nuevas acabadas de sacar del molde, a las que pudimos escuchar y comprobar que tenían una gran calidad de sonido. Después de volver a Castalla propuse una reunión con la comisión para contarles y mostrarles en vídeo la satisfactoria experiencia tenida con los campaneros Abel y Marcos Portilla. 




             Después de unos meses de deliberación se firmó el contrato y se mandó por correo, indicándome Abel Portilla, fundidor, telefónicamente que tenía algo de miedo con esta campana porque era de un tamaño más que considerable, especialmente para ajustarse con el peso pedido de 1600 kilos por que un milímetro de grosor en el molde podía suponer muchos kilos de más o de menos, a lo que yo le respondí que no sufriera por ello, que nosotros, como ya le habíamos comentado, lo que buscábamos era una campana grande con un tono grave, por eso era preferible que se excederá que no llegara al peso, lo que para él supuso un gran alivio.






















              Junto con la campana se desplazó hasta Castalla el hermano de Abel, o sea Marcos Portilla para ayudarnos en su colocación, bajada de la anterior, y recolocación de  "San Roque". Nada más llegar a Castalla la llevamos a la Cooperativa, lugar en que la descargamos con un torito elevador de la industria Ripay y acontinuación procedimos a pesarla. El peso de la campana fue de 1741 kilogramos, siendo éstos los que a él se le abonaron a 1.500 pts por kilo.. Tuvo un coste de 2.611.500 pts. paganse íntegramente por donativos populares y mayoritariamente anónimos. La tarea de colocación  finalizó el 26 de julio de 1989. 



























          Después de realizarle su primer volteo, que por cierto le hice manualmente, ya que el motor y martillo todavía tardamos unos días más a montarselo, volví a quedar decepcionado porque aunque era un sonido precioso y muy potente no era la nota musical esperada, siendo el tono bastante parecido al de la segunda, a pesar de llevarse 637 kilos de diferencia. 
  
El bronce tiene un peso de 1.741 kilos más 815 kilos de madera de la trucha y 610 de herrajes tiene una suma de 
3166 kilos.


 

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